La cultura del pim, pam, gol

24.04.2014 00:00 de  Jorge Calabrés   ver lecturas

Se plantó el Bayern como un miura en Las Ventas y acongojó al respetable durante el primer cuarto hora. Pase viene, pase va y el Madrid que ni la olía. Una tónica que se repetiría a lo largo de todo el partido pero con los de Ancelotti creciendo a medida que pasaban los minutos. El italiano logró cuadrar al equipo y desarbolar la tela de araña tejida por Guardiola. El catalán apostó por meter a Rafinha en el lateral derecho y pasar a Lahm al medio del campo para formar un trivote con Schweinsteiger y Kroos. Consiguió su objetivo de tener la posesión, pero de una forma tan estéril que hasta Beckenbauer cargó contra el estilo. Los bávaros practicaron una nueva modalidad futbolística, el rondo a la nada.

El Madrid - Bayern sirvió para poner 'cachondo' a todos los fieles defensores del juego directo. El pase horizontal siempre ha sido tan odiado en Chamartín como las rayas azulgranas. El Madrid es rock&roll, velocidad, riesgo, frenesí y una montaña rusa eterna. Los aficionados quieren marcha, tambores de guerra y una estampida de búfalos de una portería a otra. Manda narices que alguno se haya enterado de ello gracias a las declaraciones de Guardiola, que explicó mejor que la gran mayoría de periodistas cuál es la filosofía de juego histórica de los blancos. Manipuló eso sí un poquito los términos, ya que más que el contraataque, la seña de identidad del Real Madrid es el juego rápido, directo y eléctrico. Es la cultura del pim, pam, gol.

La noche dejó también tres ganadores a título individual. El primero, Ancelotti gracias a su baño táctico a Guardiola. Pase lo que pase de aquí a final de temporada debe tener todo el apoyo y respeto de la parroquia blanca. Los dos últimos encuentros han servido para que los cimientos de este proyecto salgan reforzados de cara al futuro. El segundo, Benzema por su grandísima temporada y por un gol que puede valer el pase a una final de Champions. El galo ha respondido con creces a la confianza del club con una temporada soberbia. Además de meter la pelotita en la red del rival, el delantero hace un fino trabajo sin balón, siendo clave en los espacios y jugando de espaldas a portería. Por último, Coentrao por su inmensa profesionalidad. Los eruditos futbolísticos de este país vuelven a quedar en ridículo ante la tremenda exhibición del luso. Es aberrante las críticas y las guasas que ha tenido que aguantar el bueno de Fabio en las últimas dos campañas. Contra el Bayern volvió a demostrar que es uno de los mejores laterales del mundo. ¡Coentrao, quédate!