La era Carlista
Cuando Carlo Ancelotti llegó al Bernabéu tras la marcha de Mourinho en una de las épocas más turbulentas que se recuerdan en el madridismo, muchos pensaron "este tío nos va a traer La Décima". Bien, pues desde su presentación el 26 de junio de 2013 al 24 de mayo de 2014 pasaron nueve meses, eso fue lo que tardó el italiano en traer de vuelta la Copa de Europa a las vitrinas del Madrid.
Muchos recordarán esa presentación como un día de ilusión y de alivio, o al menos así lo recuerdo yo en los aficionados madridistas por esas fechas. Pero no todo iba a ser de color de rosa, no hay que olvidar que Real Madrid solo hay uno, y absolutamente todo se va a magnificar. Los pocos errores que ha cometido Ancelotti los ha corregido, y aún así le dieron palos como para montar un fuerte, ya que muchos querían que los blancos jugaran como los ángeles nada más empezar el curso pasado, y no.
En Concha Espina no se espera nadie, eso es algo normal en el club más laureado de la historia, pero hasta el más pintado necesita un tiempo de adaptación. Solo fue cuestión de encajar algunas piezas, apuntalar la defensa, reconvertir a Di María y ¡tachán! campeones de Copa del Rey y de la Champions League. Pero este verano se fueron algunas de esas piezas, y llegaron otras, mejores o peores, pero simplemente Ancelotti tenía que volver a completar el puzle. El comienzo parecía arrollador en la Supercopa de Europa (tercer título de la era Carlista), pero la Supercopa de España y el mal inicio de Liga volvieron a levantar una polvareda de rumores y críticas, en la mayoría de los casos desproporcionadas.
Por Dios, llegué a leer que algunos pretendían la vuelta de Mourinho, y claro, ya salió la lista de todos los años con los candidatos para sustituir al pobre Carlo. En cambio en una semana y poco más se le ha dado la vuelta a la tortilla, el Madrid juega bien y golea, todos contentos y los que le criticaban vuelven a su madriguera. Así que seamos pacientes con Ancelotti, para que de este modo un entrenador dure más de tres años en la casa blanca, algo que algunos prácticamente no hemos vivido. Se podría abrir así una era Carlista, llena de estabilidad, con un sistema y una plantilla que no necesite grandes cambios año tras año, un Real Madrid que pueda ser dominador en España y en Europa, como toda la vida.