Mentir por omisión
"...decir la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad."
Si esa fórmula, que tantas veces hemos escuchado en las películas de juicios made in USA, la aplicásemos al Periodismo, ¿qué parte de ella os parece más relevante? Podría parecer que la primera, decir la verdad, engloba a todas ellas, pero no es así. En ocasiones, no mentir en una información no es suficiente si se ocultan aspectos de la realidad que darían al consumidor de noticias una perspectiva más completa.
Ayer, por pura casualidad ya que me tiene bloqueado, me topé en Twitter con una conversación de Juan Manuel Cuéllar, ciudadano periodista de ABC, en la que afirmaba conocer datos que harían cambiar a muchos su opinión sobre José Mourinho. Me habría gustado encabezar esta columna también con uno de esos tuits, pero me resulta imposible: Cuéllar los ha borrado. Y yo me preguntaba, ¿si es poseedor de una información que él considera relevante, por qué no la ha hecho pública? ¿Es esa conducta propia de un periodista? ¿Acaso su sacrosanta tarea no se basa en contar la verdad, toda la verdad? ¿Qué clase de profesional es el que sabe algo importante para el público en general y se lo guarda para su coleto?
Hace un par de semanas, una vez clasificados el Atlético de Madrid y el Chelsea para las semifinales de la UEFA Champions League, se supo que existe una cláusula en el contrato de cesión del arquero belga Thibaut Courtois por la que éste no podría jugar contra equipo londinense en caso de producirse un enfrentamiento entre ambos equipos. De inmediato, y como un solo hombre, surgieron ciudadanos periodistas hasta de debajo de las piedras para poner el grito en el cielo ante semejante afrenta. Adulteración, adulteración de la competición, clamaban indignados. Alguien, la UEFA sin ir más lejos, debería tomar cartas en el asunto para poner coto a semejante desatino.
Es posible que estos indignados de nuevo cuño pudieran estar en lo cierto. Aún más, fijaos si soy magnánimo, vamos a convenir en que es así, que supone una afrenta a la razón, la justicia y el juego limpio incluir ese tipo de cláusulas en los contratos de cesión. Entonces, ¿por qué ha existido un impenetrable silencio alrededor de Baptistao, Oliver Torres y Rubén Pérez? Sí, tres jugadores del tan perjudicado Atlético de Madrid cedidos respectivamente a Betis, Villarreal y Elche, tres futbolistas que no pudieron jugar contra su equipo madre porque sus contratos incluían una cláusula exactamente igual que la de Courtois.
¿Se ha dicho la verdad en el caso Atleti-Courtois-Chelsea? Parece que sí. ¿Se ha dicho toda la verdad cuando se ha pontificado sobre los males sin cuento que acarrean las cláusulas del miedo? Por supuesto que no, porque ello dejaría sin argumentos a los tan cabreados ciudadanos periodistas... y, de paso, al Atlético de Madrid. Y, por último pero no menos importante, sin elementos de juicio esenciales para que los consumidores que les escuchan/leen se formen una opinión justa.
PS Un dato adicional: la cláusula de la discordia fue revelada por Enrique Cerezo, presidente del Atlético de Madrid, en una entrevista concedida al programa Al Primer Toque, de Onda Cero y Radio Marca, menos de dos horas después de que su equipo eliminase al Barça. ¿Casualidad?