Nada es pasajero
El madridismo, aquí también en Cataluña, se alegra hoy más que nunca de tener como referente a la marca deportiva más prestigiosa del mundo. El Real Madrid sigue siendo la institución deportiva más valiosa del planeta Tierra con un valor de 3.260 millones de dólares, según la prestigiosa publicación Forbes. Tal y como asegura en su página web, el club blanco mantiene este primer puesto gracias a los mayores ingresos del mundo del deporte con 746 millones de dólares y un beneficio de 171 millones de dólares. El Real Madrid ocupa la primera posición de esta lista por delante de los Dallas Cowboys y los New York Yankees.
Una buena noticia que se suma a la del liderazgo del Real Madrid en el Índice de Transparencia de los Clubes de Fútbol (INFUT). La entidad blanca alcanza los 100 puntos de valoración, el máximo registro, al igual que el Éibar. Después de analizar a todos los clubes de Primera y de Segunda División, 17 de ellos alcanzan el aprobado (50 puntos). Cabe recordar, amigas y amigos madridistas, que el INFUT mide el nivel de transparencia de los clubes mediante 60 indicadores divididos en cinco áreas: información sobre el club; relaciones con los socios, aficionados y público en general; transparencia económico-financiera; transparencia en las contrataciones y suministros; e indicadores de la Ley de Transparencia. En cada indicador, los clubes recibieron 1 ó 0 puntos dependiendo de si la información estaba o no publicada en la web. A partir de esa información, Transparencia Internacional España ha elaborado el ránking final. La organización
aclara que el INFUT no mide la calidad de la información ni la calidad de la gestión, sino sólo si la información está o no disponible.
Dos valores que queremos destacar en este editorial de hoy y que nos dan una ráfaga de aire fresco en medio de la canícula veraniega donde se nos mezclan estos grandes números con gigantes emociones. Nuestro Real se reconstruye en lo económico o se reinventa en lo deportivo. Un liderazgo que basa en un compromiso con una idea, un sueño, y una visión de lo que puede ser. De lo que ya es y nadie nos arrebata. Porque, como siempre digo, los triunfos de nuestros rivales, de los que se quieren parecer a nosotros, van y vienen. Pero el Real Madrid y su idea permanecen y eso nos hace imbatibles y perfectos.
Lo dijo el poeta del primer Romanticismo Novalis, "lo que ahora no alcanza la perfección, la alcanzará en un intento posterior o reiterado; nada de lo que abrazó la historia es pasajero, y a través de transformaciones innumerables renace de nuevo en formas siempre más ricas".