Opinión

No todos pueden ser Gregg Popovich, ¿verdad, Carlo?

No todos pueden ser Gregg Popovich, ¿verdad, Carlo?Bernabeudigital.com
Carlo Ancelotti, Real Madrid
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Ieri alle 15:00Opinión
de Diego Rivero Mosqueda
La opinión de Diego Rivero

La etapa de Carlo Ancelotti en el Real Madrid llega a su fin, al igual que la de mi querido Gregg Popovich en los San Antonio Spurs. El italiano dejará el club blanco en una de las peores temporadas que se recuerdan, y no solo por el juego, sino por las sensaciones, la desidia en todos los estamentos, y la nula preparación existente desde los jugadores hasta la directiva. Es cierto que el de Reggiolo no tiene culpa de todo, y se la reparten entre todos, pero entre la sobrevalorada general de los madridistas nombrándole el "mejor entrenador de la historia", tanto de la entidad como del fútbol, me genera una especie de repugnancia y de poca memoria contextual.

Supongo que, al final, solo es mera preferencia social e intelectual, aunque yo todavía me he quedado en Popovich, y es que el entrenador nacido en Indiana tiene todo lo que un técnico querría alcanzar. Sin hablar de títulos, que ni siquiera es el que más anillos tiene, a diferencia de Ancelotti en el Real Madrid, porque un 'coach' es mucho más que los trofeos. Es influencia en la vida, la figura paterna o materna de un vestuario entero. O la de un hermano a quien acudir en cualquier momento. El italiano, que es el más laureado del club blanco, tendría que volver a nacer varias veces para alcanzar la grandeza de 'Pops' en todos los sentidos, y es que las palabras, a veces, se pierden en la memoria de los aficionados, que solo recuerdan lo bueno.

Nadie se acordará del ninguneo a Güler o a Endrick en ruedas de prensa, casi que atizándoles por algunos errores en partidos, mientras que a otros se les veneraba en las comparecencias por liarla encuentro sí y encuentro también. Tampoco se acuerdan de la acusación prácticamente de robo cuando entrenaba al Bayern de Múnich. No dudo del madridismo de 'Carletto', seguramente lo sea más que muchísimos aficionados, pero las comparaciones son odiosas. Tal vez injustas, aunque no seré yo quien lo juzgue aquí, y es que nunca serás Zinedine Zidane, el mejor de nuestra historia en muchos sentidos.

Entrenadores como Popovich o Zidane, tanto por estilos de vida como por sentimiento y corazón hacia el escudo que siempre han portado en el pecho. Referentes e ídolos en cualquier sentido, desde la palabra hasta los gestos, con su caballerosidad y deportividad en la máxima expresión. Por la lealtad eterna, pero sobre todo por el amor que inculcan en cada paso a dar. 

Para Ancelotti, gracias por tantas cosas, y mucha suerte en Brasil, que la necesitarás.