Rodrygo, Brahim y compañía: cuando los cambios son castigo

Solo se perdió 1-0, pero lo peor del partido del Real Madrid en Anfield fueron las sensaciones. Los de Xabi Alonso apenas hicieron cosquillas a un equipo que venía de perder en seis de sus anteriores ocho compromisos, mientras que Courtois tuvo que hacer varios milagros para evitar una goleada del Liverpool. El tolosarra recuperó el invento de Camavinga en banda derecha que tan buen resultado le dio contra el Barcelona, pero el partido del francés fue tétrico. Valverde tampoco aprovechó el carril que tenía por delante y apenas puso balones al área en todo el encuentro.

En banda izquierda, todo lo contrario: aglomeración de jugadores. Vinicius, Mbappé, Bellingham, Carreras... Y en muchas ocasiones, nadie para rematar. Ausencia total de un '9'. Los dos que tiene en plantilla Xabi ni siquiera se vistieron de corto pese al resultado adverso. Inéditos Endrick y Gonzalo. Quien sí salió fue un Rodrygo que volvió a avergonzar a todo el madridismo. Apenas jugó un rato y fue más que suficiente para contrastar que no tiene nivel ni para el Sheffield United. Tampoco fueron mucho mejores los minutos de un Trent al que se le vio superado por la situación y que no dio pie con bola. Y lo mismo para Brahim. Si ya de por sí los once que salieron de inicio estaban jugando mal, los que entraron en la segunda parte lo empeoraron. Y eso que ya era difícil.

Muchos señalados. Muchos futbolistas, pero también el entrenador. Seguimos líderes en Liga con cinco puntos de ventaja. Seguimos con un pie en la próxima ronda de la Champions League. Pero hablamos de un Real Madrid al que están sosteniendo los resultados (por ahora) y que no invita precisamente al optimismo. Ojalá espabilen.