Rosell y el PSOE
Cuando Rosell dimitió y dejó su puesto a Josep Maria Bartomeu me vino a la mente la salida de Zapatero y la "regeneración" que supondría poner a Rubalcaba como cabeza política del PSOE. Regeneración con un hombre que llevaba desde el 93 en el partido. Pues la misma estrategia ha seguido Sandro Rosell, que en aras de no pasar a la historia como "el presidente imputado" deja la presidencia a Bartomeu, un señor que firmó parte de los contratos y que todo apunta a que tendrá que ir como imputado también- en el fichaje de Neymar; como Faus, que firmó las comisiones personalmente y como toda la junta directiva que de un modo u otro participó de forma activa en este presunto caso de malversación de fondos.
Eso sí, Rosell dimite por "las amenazas que sufren él y su familia" y no por protagonizar la firma de un fichaje cuanto menos sospechoso. ¿Dónde quedan las declaraciones en donde aseguraba que se presentaría a las elecciones de 2016? ¿No recibía amenazas entonces? Convertir a los verdugos en víctimas y mandar mensajes demagogos y populistas se convierte ahora en la máxima de toda la cúpula blaugrana. El discurso en catalán del ya ex presidente en rueda de prensa, y su "hemos sufrido las amenazas en silencio" se traduce al castellano como "ha habido irregularidades en el fichaje de Neymar".
Y es que muy ingenuo tenemos que ser para pensar que ni Madrid, ni PSG, ni City, ni Bayern, ni nadie podía pagar más de 57´1 millones por el brasileño. Más aún cuando el propio Florentino aclaró que al Madrid le pedían unos 150 millones por su fichaje. "Es que Neymar es culé", excusan algunos. No decían eso cuando años antes estaba pasando el reconocimiento médico con el equipo blanco, obvio. Pero, ¿sabe a día de hoy alguien cuándo costó fichar a Neymar?
Según el Barça, 57´1 en un comienzo. 86´2 después de la dimisión de Rosell. 95 millones según El Mundo. Según la ESPN brasileña, 140 millones. Es curioso que todas las cifras "oficiales" del club barcelonés no sobrepasan la cifra del fichaje de Bale. Qué gente más astuta. Pero bueno, ¿a alguien le queda claro?
Lo que si sabemos de seguro es que el padre de Neymar cuesta más que su hijo. 40 millones para él solito en nombre de una sociedad a su nombre. Y también sabemos cláusulas irrisorias que forman parte del desembolso total que tuvo que manejar el Barça para hacerse con el jugador. 2´5 millones para las favelas -¡los valors!- y 4 millones para captar publicidad, con una condición muy interesante, si no lo haces, lo cobras igual. ¡Estos tipos son unos genios!
Pero a Rosell no sólo lo recordaremos por esta retahíla de corruptelas; en su legado queda la vergonzosa expulsión a la que sometió a los, por entonces enfermos, Éric Abidal y Pete Mickeal. Ambos con la promesa del presidente de volver a jugar en el club.
Las últimas informaciones apuntan a la retirada de la demanda por parte del socio del Barça, Jordi Cases. Él mismo, y su abogado, admitieron amenazas del club cuando enviaron una carta para informar de la denuncia. Ocurrió a través de un burofax en el que el Barcelona "advirtió" de las consecuencias económicas que le supondría dicha acusación. Los valors surgen efecto.
En fin, este suceso, "provocado por Madrid", según el FC Barcelona, y "fruto de la envidia que suscitó el fichaje" y no porque un socio del club denunciara la situación- va para largo. Esperemos que la justicia se imponga y que todo salga a la luz. Pero que una cosa os quede clara, papá e hijo eligieron al Barça por amor, y Rosell cedió la presidencia a Bartomeu para una regeneración tan cristalina como la del partido socialista.