Sin solidez, no vamos a ningún lado

El Real Madrid volvió a vencer después de tres partidos sin hacerlo. Es raro y extraño, ya que no suele ser común que el conjunto blanco esté tanto tiempo sin ganar, pero en esas se encontraban. Anfield, Vallecas y Elche han sido tres lugares que el equipo de Xabi Alonso no querrá recordar durante los próximos meses. Y a pesar de que en Atenas, frente al Olympiacos, se han vuelto a sumar tres puntos importantes para asentarse en el top 5 de la Champions League, las sensaciones fueron agridulces por el segundo tiempo y esos últimos minutos finales.

El comienzo del partido no fue para nada positivo, pues el conjunto griego se adelantó bastante rápido en el electrónico. Sin embargo, sí que me gustó mucho la reacción del equipo madridista con tres goles prácticamente consecutivos de Kylian Mbappé, fabricados por Vinicius Junior. No obstante, las sensaciones en el segundo tiempo fueron diferentes, porque con cada cambio que realizó Xabi Alonso, el equipo empeoró y se acentuaron las lagunas defensivas, que también se habían visto en la primera mitad. Algo con lo que será difícil lidiar si se quiere llegar lo más lejos posible en Europa.

ASPECTO CLARO A MEJORAR

Al final es un tema que no depende solo de los futbolistas, pues es algo que ya se ha visto con otros jugadores en el terreno de juego. Pero lógicamente, todo cobra más importancia cuando faltan los titulares. Ayer, Asencio fue el único central disponible, y además con el añadido de que sufrió un problema personal el día anterior. Por ello, el Real Madrid tuvo que acabar el encuentro con Tchouaméni y Carreras como pareja de centrales. Y aunque a Mendy se le vio a un nivel bastante positivo, tiene que seguir cogiendo ritmo y estar mejor acompañado porque, por ejemplo, Trent no es el mejor defensivamente, por mucho que volviera a estar notable con balón. Así que de este partido saco una gran conclusión: o se mejora la solidez, o no iremos a ningún lado por mucho que Mbappé y Vinicius estén estelares.