Un Real de Run&Gun
Correr y disparar, como los pistoleros del Viejo Oeste. Así fue el Real Madrid en Villarreal. Vaya por delante que el conjunto dirigido por Marcelino juega al fútbol francamente bien. Muy rápidos, con mucha movilidad y siempre mirando la portería ofensiva. Pero el Real Madrid es otra cosa. No te has despistado y ya te ha matado.
Lo mismo le pasó a Modric, que antes de acabar el control ya había engatillado un zapatazo seco y potente. Asenjo solo pudo observar como el balazo quebraba su portería.
Y poco después apareció Benzema, el socio de Cristiano. No marca pero asiste y su regate en seco dentro del área amarilla valió oro. Si, además, lo aderezas levantando la cabeza y sirviendo el pase al mejor jugador del mundo, haces que el segundo balazo sea incontestable y triunfes en una plaza siempre complicada.
Le venía bien al Real Madrid un partido así. Lejos de grandes goleadas y con un dominio total de la pelota. Siempre le gustó correr y disparar, como a los pistoleros del Viejo Oeste.