Vinicius, una y no más

Seríamos unos necios si a las primeras de cambio fuéramos "pidiendo las cabezas" de aquellos que no cumplen con las expectativas. Incluso hablando en materia Real Madrid, donde el 100% tiene un techo aún más alto en comparación con el resto de mortales. Quizá por ello algunos madridistas hayan fantaseado con una megaventa de Vinicius Jr. del club este verano. Y solamente porque su temporada no ha sido memorable, que digamos. A un futbolista de su talla ya se le presupone una exhibición tras otra cada vez que pisa el terreno de juego, y lo cierto es que el equipo le ha echado de menos en bastantes ocasiones. La pregunta es si debemos liarnos la manta a la cabeza y esperar una regresión del carioca. Por el contrario, y si continúa por debajo de lo esperado, ¿debería el Real Madrid valorar su salida?

Yo siempre soy de los que piensan que hay que ser cautos y establecer la máxima del término medio. Sí, Vinicius no ha sido el que nos venía mostrando años atrás, donde su incansable talento salía a relucir como un resorte en cada jugada. Diera igual que hubieran trascurrido 5, 10 o 90 minutos. El brasileño, como si gozara de un pulmón extra, dejaba su impronta en los partidos hasta que el árbitro pitaba el final. Que sí, que yo tampoco he quedado maravillado con su año y que el Real Madrid podría sacar una cifra récord por su traspaso. Pero no nos olvidemos tan rápido de aquellos que nos hicieron levantarnos una y otra vez de nuestras butacas en el Santiago Bernabéu. Menos aún cuando hablamos de jugadores de la categoría de Vinicius. Los llamados "esos de los que ya no quedan". Los regateadores. Los que hacen sonreír al balón. Yo confío en que la llegada de Xabi Alonso será un punto de inflexión en su carrera. A ese voto de confianza le tira por la otra esquina la indudable necesidad de exigencia y no esperar otra cosa que la excelencia. En ese término medio está la virtud. Se le ha dado la licencia de estar un año a un nivel inferior, pero ya no tiene excusa. Vinicius debe volver a ser la estrella. Al menos, estar a la altura de los mejores del equipo.