Enhorabuena a todos, lo habéis conseguido
El Real Madrid parece haber muerto, y si bien en años anteriores se esperaba alguna resurrección milagrosa con el poder de la amistad por delante, parece que eso ya no será posible. No ahora, y es que ya no está Carlo Ancelotti en el banquillo, tampoco Toni Kroos y Luka Modric en el centro del campo, y los que levantaban al equipo en los días difíciles, que precisamente siguen en plantilla, no se les espera. Ni Vinicius Jr, ni tampoco Jude Bellingham o Fede Valverde tienen la capacidad para ello, aunque más que eso, es que la han perdido. Desde el fichaje de Kylian Mbappé no hay equipo, pero me alegro de que muchos celebréis las Botas de Oro y sus goles mientras no se juega a nada. Me alegro mucho, os lo merecéis.
Entre todos han conseguido destronar a un equipo que apuntaba a reinar en Europa por muchos años con ciertos retoques. Esos que no se han hecho verano a verano, y es que tanto Zinedine Zidane como Ancelotti pidieron durante sus respectivas temporadas. Ganar por herencia recibida no significa que las cosas se hagan bien. De hecho, seguramente no estén ni cerca de hacerse de forma óptima -que no correcta- y es que es completamente razonable pensarlo. El Real Madrid, o al menos la afición, se ha barcelonizado hasta puntos extremos. Entre todos lo habéis conseguido: presidencia, junta directiva, cuerpo técnico y jugadores. Mi más sincera enhorabuena, porque las cosas no pueden hacerse peor.
Admitir que uno se ha equivocado es lo más complicado que puede hacer el ser humano en su triste vida, y sin embargo, dentro del Real Madrid seguimos esquivando esas balas de cualquier manera, como si en algún momento no fuesen a acertar. La historia ha demostrado que el inmovilismo no es bueno, y dentro del club llevan practicando esa ley, casi que perfeccionando un mantra que está más que claro que no funciona. Aquellos que no son capaces de reconocerse a sí mismos están destinados a fracasar, y aquí lo han llevado a rajatabla.
Eso sí, lo importante es revisar las incoherencias de cada uno. Las defensas a ultranza según nos guste más o menos algo, así como la formación de un relato que sobre el papel suena muy bien, pero que en la vida real dista de cumplirse. Mientras tanto, seguiremos vendiendo camisetas.