Xabi Alonso, un entrenador en prórroga permanente

El Sevilla decidirá si Xabi Alonso se come el turrón como entrenador del Real Madrid o no. El tolosarra vive en un constante ultimátum desde las derrotas contra el Celta de Vigo y el Manchester City, lo que está empezando a generar una situación del todo insostenible. En Talavera se vio a un equipo superado (sí, contra el penúltimo de Primera RFEF), anodino, sin ideas y con un fantasma en el banquillo. Porque los propios jugadores saben que el vasco, por desgracia y salvo giro de timón radical en los próximos partidos, no va a terminar la temporada al frente del vestuario.

El club lo sabe, la prensa lo sabe y los futbolistas lo saben. Xabi Alonso a día de hoy está sentenciado. Que ojo, esto no quiere decir que vaya a ser despedido sí o sí. En el mundo del fútbol todo cambia muy rápido. Lo que hoy es negro, mañana puede ser blanco. Si el donostiarra aguanta en el cargo hasta la Supercopa de España y regresa de Arabia Saudí con un trofeo bajo el brazo, el punto de inflexión sería importante. Recuperaría el crédito perdido, sin duda.

El problema es que resulta altamente improbable pensar que este Real Madrid, el que estamos viendo en las últimas semanas, pueda ser capaz de doblegar a Atlético y Barcelona en la Supercopa. De hecho, con Xabi Alonso se está yendo día a día. Rodrygo evitó su destitución en Vitoria, y Lunin hizo lo propio en Talavera. El técnico ha salvado los dos últimos match-ball, pero lo ha hecho 'in extremis' y de milagro.

El Sevilla será, mañana, el último mal trago del año para Xabi Alonso. El todavía entrenador del Real Madrid quiere empezar 2026 con trabajo, pero ya saben. El próximo tropiezo puede ser fatal para él.