Bourousis y Mejri, contra la maldición
En los últimos diez años, muchos pívots han aterrizado en la capital de España con el 'San Benito' de dominadores, pero la gran mayoría de ellos pasaron con más pena que gloria por el conjunto blanco. Claros ejemplos son Lavrinovic o Papadopoulos, que no consiguieron triunfar como jugadores merengues.
Cagarse de responsabilidad
Parte de culpa de ese descafeinado paso por el club blanco la tiene la poca o nula trascendencia en pista en los momentos claves del partido. Y es que, salvo Felipe Reyes en la última década, ninguno de los 'hombres altos' que se han vestido de blanco ha cogido el balón en los momentos importantes.
Aunque el estilo que Laso ha propuesto desde su llegada al banquillo merengue no se centra precisamente en la labor de los pívots, esta temporada se pudo atisbar cómo, si hubieran estado todo lo bien que se exigía, cogiendo algo más de responsabilidad, se habría dado más del rendimiento mostrado.
Equilibrio ataque-defensa
La gran mayoría de postes que han pasado por las filas del conjunto blanco no han sido capaces de demostrar todo su potencial en ambas zonas. Nombres como el de Tomic o el de Lavrinovic son claro ejemplo de jugadores que desempeñaron un buen nivel en la zona rival, pero que dejaron mucho que desear a la hora de defender.
El caso completamente opuesto fue el de D'or Fischer o Venson Hamilton. Jugadores muy potentes en la zona defensiva, buenos taponadores, pero flojos en lo que a aportación ofensiva se refiere. Por su parte, Papadopoulos llegó con la vitola de fichaje estrella, pero acabó convirtiéndose en un lastre para las arcas madridistas.
Mejri y Bourousis son los nombres que ahora deben demostrar que la maldición en el Real Madrid tiene fin, y si cumplen las premisas expuestas anteriormente, no tendrán problema para ello, algo que sin duda alguna beneficiará sobremanera al Real Madrid.