Cuando fichar rápido sale caro. La lesión de Llull y las “ofertas Eurobasket”

La política de fichajes del Real Madrid Baloncesto lleva años caracterizándose por fichar rápido y bien. Fichajes como Trey Thompkins o Anthony Randolph, se cerraron antes de que finalizara la temporada anterior a su llegada, y este verano no iba a ser menos. A comienzos de julio, la directiva blanca ya tenía cerradas las incorporaciones de Fabien Causeur (el jugador pagó su cláusula de la salida del Brose Bamberg), Facundo Campazzo (que retornaba al Real Madrid tras dos años de cesión en el UCAM Murcia), Santi Yusta (el Madrid optó por ejercer la opción de recompra del canterano enrolado en las filas del Obradoiro) y Ognjen Kuzmic (Madrid y Estrella Roja llegaron a un acuerdo económico por el pivot serbio).

El Madrid llegaba a principios de verano con los deberes hechos. ¿Y qué supuso esto? La directiva blanca dejó escapar a jugadores de la talla de Sergio Rodríguez (el Madrid le pidió al Chacho que aguantara un año más en la NBA al no tener sitio para él este año, pero Sergio no aceptó esta opción y optó por firmar un contrato multimillonario con el CSKA Moscú), Adam Hanga (prefirió aceptar la oferta blaugrana tras llegar a un acuerdo económico ambos clubes), Tornike Shengelia (pese a querer firmar por el Real Madrid, la falta de oferta blanca llevó al jugador a renovar por Baskonia), Darius Miller (el exjugador del Bamberg fue ofrecido al Real Madrid, el club blanco declinó su fichaje y el jugador puso rumbo a la NBA),…. y así sigue la lista.

Todo iba bien hasta que un amistoso España – Bélgica lo cambió todo. La estrella blanca Sergi Llull sufría una rotura de ligamento cruzado, despertando la preocupación y pánico en el mundo merengue. Laso perdía a su mejor jugador por lo menos hasta enero de 2018, haciendo imprescindible la incorporación de un nuevo base.  En un primer momento, el entrenador blanco optó por aguantar con Campazzo y Doncic como únicos bases del equipo (aunque Fabien Causeur también pude ocupar esta posición, como ya ha hecho en varias etapas de su vida) hasta la recuperación de Llull; pero la elevada cantidad de partidos (la permanencia del Betis en ACB suponía la desaparición de las jornadas de descanso) ha hecho cambiar de opinión a Laso.

El primer nombre en salir a escena fue el base uruguayo Jayson Granger. El exbase del Estudiantes y el Unicaja, llegaba con un buen cartel, dado su gran rendimiento en Euroliga con el Anadolu Efes. El Baskonia llevaba meses negociando por el jugador, y pese al intento blanco, Granger optó por firmar por el club vitoriano. Sin opciones destacadas (Chacho, Granger,…), solo quedaba una opción: el Eurobasket. Durante el torneo europeo, la directiva blanca está muy atenta a dos candidatos: el belga Sam Van Rossom y el montenegrino Tyrese Rice.

Van Rossom se encuentra sin equipo tras desvincularse del Valencia Basket. Viene de jugar poco las últimas tres temporadas tras una aparatosa lesión de rodilla. El jugador ha manifestado su deseo de firmar por el Real Madrid y aceptaría un contrato de corta duración; su rendimiento en el Eurobasket, unido al estado de su rodilla, puede determinar su fichaje.

Tyrese Rice, el fichaje más difícil. Rice está viviendo una situación conflictiva con el FC Barcelona Lassa. La directiva no cuenta con él y quiere que se marche sin pagar nada al jugador, Rice exige cobrar. Si finalmente el jugador sale del club condal “gratis”, supondría un candidato más en la agenda blanca.