Karembeu: "El Barça ponía más y más dinero, pero mi palabra fue para el Real Madrid"
Christian Karembeu desechó ganar más dinero en el Barça por jugar en el Real Madrid. El campeón de Europa con Francia y club blanco, habló para As aprovechando la visita del Barça a Atenas, donde se enfenta al Olympiakos en su duelo de Champions. Allí, Karembeu es consejero del club.
Guerra Barça-Madrid por su fichaje: "Jaja. Guau. Fue algo caótico. Yo era jugador de la Sampdoria y me fui a la Eurocopa de Inglaterra (1996). Allí jugué como titular de la selección de forma regular. Un día recibí una llamada de alguien que me dijo: ¿te gustaría jugar en el Madrid? Me estaba hablando en español. El señor Onieva (entonces vicepresidente del Madrid) se puso al teléfono y me dijo: acaba de hablar usted con el señor Lorenzo Sanz. Con Onieva hablaba en francés. Pero cuando se había puesto el señor Sanz al teléfono no sabía si era verdad o era una broma. Cuando comprobé que era verdad, dije. ¿Es usted el señor Sanz? Si usted quiere que fiche por el Real Madrid, voy a fichar por el Madrid. Me dijeron que tendría que firmar algo y le dije no. Tiene mi palabra. Yo iré al Madrid".
Presión en el proceso: "Ahí empezó algo..., no sé. Algo que no podía controlar. Veía mi nombre todos los días en los periódicos, en todos los periódicos. Entonces llamé al señor Mantovani, presidente del Sampdoria. Le fui sincero. Le dije que había tenido una llamada de Lorenzo Sanz y le dije que por favor se viera con Lorenzo Sanz. Allí empezó el caos, no sé por qué. Había mucha presión".
Solo al Madrid: "Volví a Génova y había millones de periodistas allí. Y yo me preguntaba qué hacía toda esa gente allí. “¿Todo esto es para mí?”, pensaba. Sólo tenía la llamada del Madrid para entonces pero un periodista se acercó a mí y me preguntó: ¿vas a venir a Barcelona? Me sorprendí. ¿A Barcelona? Pienso que Enrico Mantovani me quería vender al Barcelona. Le expuse la situación, yo quería ir al Madrid, pero tengo que admitir que después de eso el señor Mantovani forzó una reunión con los dirigentes del Barça. Fui. Lo hice encantado pero con todo el respeto del mundo le dije al Barça: le he dado mi palabra al señor Sanz, deben respetarla".
Encuentro con el Barça: "Con Antoni Pagés y Joan Gaspart. A Núñez no lo vi. Para mí fue la primera vez que dos grandes clubes me querían".
Superado por las expectativas: "Yo allí no me daba cuenta del negocia que rodeaba el fútbol, de la expectación. Sólo quería jugar. No quería ser un producto, una mercancía. Allí empecé a tener la conciencia de que los futbolistas somos mercancía. Y me dije: tengo que tener cuidado porque yo tengo unas raíces, unos valores. Y no puedo salirme de la línea de los valores de mi pueblo. Llegaron muchas veces del Barça y me ofrecieron mucho dinero. Y les dije que no quería ir".
Suspensión de su club: "La Sampdoria no me quería dejar jugar. Perdí seis meses de trabajo, con el riesgo de que podía perderme el Mundial de Francia. No me dejaron ni entrenar con el primer equipo, temía que entrenarme solo. Fui al Tribunal Italiano pero tuve que esperar. Entrenarme solo, trabajar más para mantener el nivel. Ahí me ayudaron mucho las cartas que recibí de los madridistas. ¡Aún había cartas! Para mí fue una historia inolvidable. Y no sé qué pasó. Dios o alguien...
Momento crucial de su fichaje: "Fue mágico. Cuando escuché la voz del señor Sanz, algo se iluminó en mi mente. En ningún momento pensé en el dinero. Cuando me llamó Lorenzo Sanz me dije, ya está, me voy al Madrid. Sabía que en una institución con el Madrid podía ganar. Tenía la intuición de que iba a ser campeón y ganar títulos. El Barça estuvo dos o tres veces más en casa de Mantovani para ofrecerme más y más dinero. Yo les dije: no es el dinero lo que quiero".
¿Los valores aprendidos en sus orígenes de Nueva Caledonia fueron fundamentales para tomar esa decisión? "Sí. De mi pueblo. Es una mochila que llevo siempre conmigo".
Tres años maravillosos: "Siento que estaba predestinado a eso. Raúl, Morientes, Hierro, Mijatovic, Panucci, Illgner... Éramos un gran equipo".
Años muy buenos de relación entre ustedes en el vestuario: "Teníamos talentos, a veces con ego. Pero mucho respeto. Éramos ganadores y activamos de nuevo el madridismo. Después de Di Stéfano y Puskas, habíamos tenido en el Madrid sólo la Quinta del Buitre. La llegada de Capello fue clave. Cambió la mentalidad. Él hizo los fichajes. Luego Heynckes dio otro empujón. Con Jupp todo fue agradable porque él quería que fuéramos felices. Compartimos cenas, fiestas. Cuando ganábamos un partido, necesitábamos estar juntos y crear un espíritu de ganador".
Punterazo al Bayer Leverkusen: "No lo he visto nunca. ¿Había vídeo entonces? (risas). No he visto nada de los partidos de Dortmund y Leverkusen. Cuando salía del campo, era una persona normal. Yo llegaba a mi casa y no sabían si había ganado o había perdido. No me gustaba hablar de cómo había sido el partido, no me gustaba verlo. Eso sí, un día antes siempre veía vídeos de mis rivales para saber cuáles eran sus habilidades. Creo que esa era un valor que tenía porque me permitía aprender".
Problemas con Heynckes antes de La Séptima: "Había egos, cierto, pero fue vital unirse porque el favorito era la Juventus como había pasado con el Dortmund. Supimos dar más de nosotros. Cada vez que pasábamos una ronda nos sentíamos más fuertes. Escribimos la historia con la Séptima y eso fue importante para el club y creo que eso abrió la puerta a los títulos. Hubo un agujero de 32 años. Pusimos una semilla, eso es, una semilla este Madrid".
¿Qué recuerda del gol de La Séptima? "Todo (se le iluminan los ojos). Siempre pienso en el gol de Pedja. El gol fue salvador. Nosotros sabíamos que en defensa estábamos muy bien. Con Hierro, Sanchís, Panucci, Roberto Carlos, Redondo y yo, teníamos para aguantar lo que fuera. No nos harían gol. La clave era como contra el Dortmund. Hacer un gol. Cada ronda que pasábamos teníamos la intuición de que podíamos ganar".