Marcelo, el último superviviente en la jungla de Florentino. Un suplente convertido en emblema
Ramón Calderón irradiaba felicidad en su comparecencia ante los medios de comunicación, nada más firmar el contrato que unía al Marcelo con el Real Madrid. A la vez que anunciaba la firma de Marcelo, desvelaba que Roberto Carlos ya estaba renovado. "Marcelo es una incorporación importante porque es un chico muy joven que va a dar frescura y alegría al club". "Roberto Carlos está renovado por un año más, es lo que todos queríamos. El está muy contento y Marcelo viene para ser su sustituto pero cuando él quiera dejarlo", agregaba.
Sonaba a discurso de directiva. Pocas esperanzas tenía la prensa. ¿Quién podía igualar a Roberto Carlos? Nadie...salvo Marcelo. Después de los años ya no queda ninguna duda. Ya tiene tatuadas tres Copas de Europa. Nadie olvidará cada una de sus finales. Su entrada para dar luz en Lisboa, el penalti que se escuchó en todo Milán y aquella internada en Cardiff para quitarle la poca vida que le quedaba a la Juventus. Aquel chico que llegó de Brasil con poca prensa y muchos ojos a sus espaldas, se ha convertido en un emblema del madridismo.
Once temporadas después, Marcelo no sólo es el segundo capitán del Real Madrid, sino el mejor carrilero zurdo del mundo y, sin lugar a dudas, ya superó a los que pronosticaron que podía alcanzar el nivel de Roberto Carlos (su ídolo). Y todo, desde luego, sin faltar a una sonrisa. Confirmada la salida de Pepe, queda Marcelo como el último superviviente de los chicos que no firmó con Florentino. Y ya sabemos el porqué.