A vender periódicos

Unos sacan la sombrilla y las chanclas del armario, otros los bañadores para la piscina, algunos se conforman con poder jugar ilimitadamente al fútbol con los amigos. Mientras, en esta época, el mundo del periodismo deportivo se frota las manos para vender rumores.

Ya se sabe que en Madrid un 7 de julio hace mucho calor y muchos se aburren porque la playa cae muy lejos y, los San Fermínes, son muy temprano y duran muy poco. Pero, sobre todo, sabemos que inventar un rumor o un fichaje del Madrid no pasa nada y a la gente le gusta, ¿o no?.

Seguramente la respuesta de la mayoría de los periodistas que difunden estos rumores que provocan la venta de un periódico en verano o no, será que están fundamentados. Ya hemos oído mil veces que Villa tenía un preacuerdo con el Madrid, que sí, que es verdad, pero, por favor, no pongáis a media Europa en la órbita del Madrid.

Habrá interés por esos jugadores, pues seguramente. El Madrid es el club más grande del mundo - aunque a muchos le pesen - y cada día un jugador de talla mundial es ofrecido porque su sueño es vestir la elástica madridista. Sin embargo, de ahí a que el Madrid se interese por todos esos jugadores va un gran paso.

Pero es bonito para el periodismo sensacionalista el crear una historia durante un mes en la que una foto, en primicia, ¡eh!, en la que sale el jugador en una piscina de su casa de verano se convierte en noticia. Se vende más con esto que con cualquier otro deporte, lo sé, pero de ahí a poder engañar para vender, perdonadme, pero hay mucho camino.

Es una pena que se generalice en este aspecto ya que otros medios más minoritarios están combatiendo este tipo de periodismo. Las cifras están ahí y muchos pueden dar gracias que haya Mundial este verano porque sino…

Por favor no vendáis la moto y no ilusionéis a los pequeñajos, sobre todo, que quieren ver jugar a sus ídolos en el Real Madrid.

autor

Andrés Espuelas

Periodista en proyección, onubense -de donde nació el fútbol-, colaborador de Bernabéu Digital y madridista, pero de esos que apoyan y se levantan del asiento para animar. 'Lo bonito del periodismo no es que nos inventemos mentiras sino que nos inventamos la verdad', aunque a veces no se cumpla.