Amores vendidos
El romantincismo está sobrevalorado, y más en un mundo movido por el parné como es el fútbol. Nada es para siempre y Mustafa se dio cuenta de ello desde la primera cita. Cuando llamó sin respuesta a la puerta del guapo y rico Real Madrid pidiendo una y otra vez un aumento de sueldo, decidió poner a su ojito derecho -e izquierdo- en el mercado. Seducido por las promesas del siempre segundón y rechazado Wenger, prefirió que su 'juguete' fuera cabeza de ratón a cola de león.
Al Madrid se va con el pipí y el popó hecho de casa, algo que Özil nunca llegó a comprender. Zurda mágica y de calidad incontestable, sus idas y venidas -con viajes de por medio- marcaron su etapa en el conjunto blanco. Mourinho no le hizo hombre para que pasase sus mejores años al lado de un perdedor. Y es que al bueno de Mesut los malos consejos le han llevado a mantener varios líos en los últimos años, como la guerra que libró con Nike para terminar fichando por Adidas. Hoy vive en la nube que supone el echar una canita al aire después de haber mantenido una relación matrimonial de amor verdadero durante tres años.
Por ello, el error de Mustafa no lo pagará hoy ni mañana, lo hará dentro de unos meses, cuando a finales de año se le pase el subidón y se dé cuenta de que ha cambiado a Natalie Portman por Belén Esteban. O lo que es lo mismo, que ha dejado de meterla en el Bernabéu para hacerlo en el Emirates Stadium. Hablando en plata, Özil deja al amor de su vida por un polvo mal echado de una noche de verano.