Benítez sí, Benítez no
El madridismo todavía sigue herido tras la humillación sufrida en el Clásico del pasado sábado. La imagen del equipo fue la peor posible, sin actitud, sin casta, sin orgullo, sin rebelarse ante el enemigo. Se puede perder ante el eterno rival, pero no como se cayó. No se puede obviar la responsabilidad de los futbolistas en semejante ridículo pero, una vez más, todas las miradas apuntan a la misma persona. La situación de Rafa Benítez ha empeorado gravemente y ya son muchas las voces que piden su destitución. Lo que no está del todo claro es si la solución a los problemas pasa por la marcha del ex del Nápoles.
La permanencia de Benítez en el equipo supondría mantener en el tiempo un proyecto que acaba de nacer. El pasado 3 de junio, el madrileño era presentado en su nueva casa, en un Real Madrid donde dio sus primeros pasos como jugador y como entrenador. Los mismos que piden su destitución son los que, aquel día, se emocionaban con las lágrimas del ex del Nápoles, ilusionado ante la posibilidad de dirigir al equipo de su vida.
Sin embargo, su destitución tampoco sería sorprendente. A estas alturas de temporada, el equipo marcha tercero en una Liga BBVA en la que ha perdido 12 puntos de 36 posibles. El juego del Real Madrid no ha sido bueno y la supuesta solidez defensiva ha caído por su propio peso cuando enfrente han estado los rivales de mayor entidad. Pese a todo, lo más grave es que no existe comunión entre técnico y futbolistas. La situación en el club no era la mejor a su llegada, pero Benítez tampoco ha sabido ganarse la confianza de sus pupilos.
El Real Madrid afronta ahora un calendario, a priori, sin demasiada dificultad a excepción del duelo ante el Villarreal. Los siguientes encuentros deben servir para que el equipo recupere el orgullo perdido en el Clásico. Los jugadores deben demostrar un compromiso con el escudo que el pasado sábado fue totalmente inexistente. Benítez, por su parte, se juega su futuro en las próximas fechas. Su continuidad en el club se encuentra en entredicho, pero aún está a tiempo para darle la vuelta a la situación.