Benítez vete ya

Otra vez. Otra oportunidad perdida. Otro pinchazo del Real Madrid tras un empate del Barcelona. Los blancos no aprovecharon el regalo del Espanyol al igual que tampoco lo hicieron con el del Deportivo. Benítez llegó al turrón, incluso a la uvas, pero lo del roscón se lo debe dejar ya a otro entrenador. Si el árbitro se convirtió en su máximo aliado ante la Real Sociedad, quizá por cosas del karma, esta vez Sánchez Martínez ejerció de verdugo en Mestalla. Al menos dos claros penaltis no señalados en momentos claves del partido. Del 0-2 al 1-1 y del 1-2 a la expulsión de Kovacic. Casi nada.

Sin embargo el madridismo debe mirar más allá y analizar tanto la pobre visión de Benítez durante el encuentro como su nula autocrítica en la rueda de prensa posterior. Es cierto que hubo una cierta mejoría respecto a otros partidos, pero el panorama continúa siendo desolador y el Real Madrid sigue sin jugar a nada en 2016. Los buenos minutos del comienzo se evaporaron ante la nula capacidad de reacción del técnico. Incluso tocó lo único que no debía. Quitó de forma incomprensible a un Benzema que estaba siendo el mejor del choque. Otra metedura de pata más de un entrenador que no ha aportado nada desde el banquillo en los encuentros de enjundia disputados durante la temporada.  

Los jugadores no se van de rositas. Ya tocará valorar y hacer limpia en el próximo mes de junio. Pero, ahora, lo más importante es intentar enderezar el rumbo para no acabar en otra campaña sin títulos. Y, para ello, la única solución pasa por un cambio en el banquillo. En Benítez no cree ni la afición ni la plantilla. Es hora de decir adiós. Se te acabó el tiempo, Rafa. Por el bien de madridismo, dimite en Manises.