Cantera, discursos y elegidos
El error de crear mitos artificiales recae en la condición justiciera del tiempo, que siempre pone a cada cosa en su lugar. El tiempo destapa discursos prefabricados y deja en evidencia a los responsables no sólo de la confección de la prédica sino también a los que apoyan y difunden incondicionalmente la mentira. Sólo la elevación mediática del embuste traslada el debate al espacio cotidiano. Hace años, unos por cumplir la hoja de ruta y otros por inquinas perennes, se ensalzaba la presencia de jóvenes estrellas, canteranos o no, en las alineaciones de los equipos de fútbol, concretando la alabanza en la formación del F.C. Barcelona. Y era elogiable ver en el primer equipo de un conjunto como el del Barça a jóvenes canteranos defender los colores que habían mamado y defendido a lo largo de los años que precedieron el salto definitivo. Guardiola lo consiguió con los Busquets, Iniesta, Piqué, Cesc... así como antes, entre los años 80 y 90, Sanchís, Martín Vázquez, Pardeza, Míchel y Butragueño hacían lo propio vistiendo de blanco. O como por ejemplo las decenas de entrenadores que han dirigido al Athletic de Bilbao han seguido la tradición centenaria de convocar sólo a jugadores de la tierra. Admirables todas.
La diferencia entre las etapas deportivas es la creación del discurso impositivo en el que todos deben tomar ejemplo y por el cual el Barcelona se convirtió, gracias a los altavoces, en el equipo que mejor trataba a sus jóvenes en el planeta Tierra. Y el suceso, bien focalizado, saltó de la pantalla a la calle para que todos afirmásemos y asumiéramos el discurso de la artificial exigencia. Jóvenes, canteranos y/o españoles por decreto. Eso era lo correcto. Hoy, sin embargo, el Barça de Luis Enrique pone el “stop” a La Masía dejando fuera de protagonismo a jugadores como Rafinha, Thiago, Sergi Roberto, Tello, Munir, Adama Traoré, Sandro... y un largo etcétera de chavales que no tienen sitio en Can Barça. Una situación contraria a la del Real Madrid, que recupera la política de jóvenes y canteranos a la par dando lugar a un equipo donde los Lucas Vázquez, Cheryshev, Kiko Casilla, Carvajal, Borja Mayoral, Jesé, Nacho... (por no hablar de los Odegaard, Asensio, Vallejo, etc.) recobran protagonismo en el equipo blanco. Justo y cuando lo correcto, además de estar fuera del foco y olvidado en la calle, pasa a ser anécdota banal e intrascendente porque ahora, lo que importa, no es la procedencia de tus jugadores, ni la aceptación o creación de discursos y valores, sino aquello que se inventará o se está inventando para que el epicentro sea aquel que premie a los elegidos.