Carlo volverá a reinventarse

Ancelotti llegó a Madrid con la fama de pacificador, de entrenador de presidente y no sé cuantas historias más. En un año ha demostrado ser un técnico que sabe sacar lo mejor de jugadores inestables y un estudioso de cómo mejorar su equipo mediante el planteamiento táctico.

En su libro ‘Mi árbol de Navidad’ deja claro que su esquema fetiche es el 1-4-3-2-1. En España, como tal, suena a esquema en chino. Lo intentó en la pretemporada pasada ante el PSG. Ese partido se decidió con una gran galopada del Real Madrid que culminó Karim Benzema. Durante la pretemporada, Carlo varió al 1-4-3-1-2 con total libertad para el mediapunta y arriba la dupla Benzema-Ronaldo.

Pero antes del cierre de mercado, llegó Bale y Ozil hizo las maletas rumbo a Londres. Ancelotti apostó por el 1-4-3-3 que le valía al Real Madrid para atacar como una apisonadora pero no le hacía un equipo con paciencia ante defensas cerradas. Fue entonces cuando, tras el acomodo de Di María, al técnico italiano se le encendió la bombilla y le colocó en la línea de centrocampistas junto al incombustible Xabi Alonso y la magia del mejor Modric. Di María corría por toda la parcela ancha del campo y aparecía como un puñal para centrar por la izquierda. Ese movimiento en la pizarra de Carlo Ancelotti valió la ansiada Décima.

Pero no solo eso. Ante las adversidades, el italiano reaccionó bien. En la final de Copa del Rey y en la eliminatoria ante el Bayern con el 1-4-4-2. Isco fue importante en la final y en la ida de la Champions. Carlo había trazado un plan defensivo para él y le salió a la perfección.

Al final de la pretemporada se han marchado Di María y Xabi Alonso y Khedira, una vez más, volvió a salir lesionado en un partido con su selección. La pizarra de Carlo Ancelotti ya está trazando una nueva solución.