El clásico Real Madrid
Cierren los ojos un segundo al término de estas líneas. Lo de ayer no fue un sueño aunque para muchos era en lo que se iba a quedar. El Madrid fue una sintonía perfecta en todo momento que hizo al creador del fupbol perder la virginidad como entrenador en el mejor estadio del mundo. Un feudo que demostró que su plebe, con todo el respeto, muestra su mejor cara y todo su aliento a sus paladines cuando el momento lo requiere.
Once hombres trabajando unidos, una decena de atletas, como los tilde el probe Pep, dejando claro que a esto del fútbol se juega tanto con la cabeza como con el corazón. Que es tan importante saber jugar con el balón como sin él. Una auténtica rapsodia digna del más puro romanticismo.
Romanticismo propio de un club como el Real Madrid. Un equipo acostumbrado y formado para licuar a su rival como un auténtico boxeador. Aguantar en el momento preciso y golpear con toda la fuerza posible hasta tumbar al rival. 'Vuela como una mariposa, pica como una avispa' que decía el gran Cassius Clay. Ese es el estilo que el mejor club del mundo lleva bajo las venas y cuando se ha intentado metamorfosear se ha caído de la burra el ingeniero de turno.
Hay tres cosas que siempre han sido imprescindibles para el equipo blanco: El correr, el talento y el gol por encima de todo. Revisando uno la plantilla del conjunto merengue, quedando más que claro que con un refuerzo más en tres cuartos sería perfecta, queda realmente claro que pueden ser los mejores 20 jugadores que cumplan dichos objetivos. Por si fuera poco, este equipo acostumbrado a mostrar poca IQ en momentos claves en un pasado no tan lejano, demostró que una madurez extrema. Siendo consciente de que lo que tenían que hacer para triunfar ante aquellos que se hacen llamar La Bestia Negra.
No quisiera terminar sin dar las gracias por lo de ayer a algún nombre propio en particular. Gracias, Fabio y Carvajal por demostrar la importancia del equilibrio. Gracias, Carlo por curar a algún leproso futbolístico. Gracias, Karim por aparecer dónde otros fracasaban y por último, gracias Cristiano.
Porque el luso es el Real Madrid en su plenitud. Porque horas antes del partido mandaba un mensaje claro a toda la afición blanca: "You only become a giant by making them fall. #RiskEverything", que quiere decir algo así como Solo serás un gigante haciendo caer a los demás. #ArriesgaTodo. En fin, puro Real Madrid.
Señoras y señores, permitanme ahora sí que sí colarme en sus mentes un mísero segundo de la siguiente manera: ¿De veras que no ven a este elenco de jugadores paseando junto a la Champions League el próximo 24 de mayo, con esa luz tan especial que aparece en Lisboa a eso del atardecer?. Quizá no tengan que cerrar los ojos para verlo.