El gracioso Piqué y el cómplice Del Bosque
Gerard Piqué volvió a dar la nota en la celebración del Barcelona por la Liga de Campeones. Una provocación, una salida de tono, una patochada del que ya se ha convertido en el bufón oficial de toda fiesta que se precie. El central rompe con una regla no escrita en el mundo del fútbol. Traspasa la esfera deportiva y se mete con la vida privada de Cristiano Ronaldo. La misma prepotencia con la que se enfrentó a la Guardia Urbana tras un altercado. Una referencia al Real Madrid que solo demuestra el complejo de inferioridad histórico del Barcelona.
La quinta Copa de Europa llegó 55 años después que la del Real Madrid. Una bofetada de realidad que provoca que Piqué haga pública su madriditis aguda. Una 'enfermedad' sin tratamiento que hace que el culé se acuerde del eterno rival en uno de los días más importantes de la historia azulgrana. Para su lucha cuenta con la complicidad de Del Bosque y el silencio de los capitanes del Real Madrid. Casillas y Ramos no hablaron a su llegada a la concentración de la Selección. ¿Quién defiende al madridismo? ¿Quién saca la cara por el escudo? Ahora no está Mourinho para pegarse solo contra el mundo.
La llamada de Casillas a Xavi fue un error. Vendió a su club y así lo demuestra la última bravuconada de Piqué. El guardameta realizó el papel de pagafantas mientras en la Ciudad Condal se mofaban. Piqué acusó a Mourinho de intentar acabar con el fútbol español. Ahora es el central el que queda retratado. El problema no era el portugués, sino las provocaciones constantes que llegaban desde el otro lado del puente áereo. El Madrid estaba dormido, solo hacía que recibir y poner la otra mejilla. El técnico despertó a un madridismo moribundo, aletargado ante una campaña feroz con un embriagante olor a Nenuco. Una vez más, José Mourinho tenía razón.
Que el madridismo de Del Bosque está escondido bajo llave en el baúl de los recuerdos es algo de lo que nadie duda ya. El seleccionador volvió a mostrar su famosa doble vara de medir en Al Primer Toque, además de llamar "infantiles" a todos aquellos aficionados del Real Madrid que se han sentido ofendidos con la frasecita de Piqué. Desde que Del Bosque abraza la fe culé parece haber olvidado su pasado, ese del que tanto presume. El rencor y el odio visceral del técnico a Florentino Pérez al final ha provocado una reacción en el madridismo de desprecio hacia el que un día fue entrenador y jugador del club blanco. Roma no paga traidores. Y el Real Madrid tampoco.