El no erotismo del Madrid

Erótica de poder y de saber. El equipo de cabaret parece haber perdido su liga roja y su Betty Boop que emanaban intrínsecas en su juego allá cuando las primeras y rojizas frondas caían.

Lo que en otoño era la Sala Bagdad de Barcelona, se ha convertido en una apagada bodega de Salcedillo, donde el western de Telemadrid aturde y entretiene, por amor y no por interés, a los parroquianos fieles a su chato y carajillo.

Desde que el 15' entrara a formar parte de nuestras vidas, el placer y el orgasmo ha abandonado al fiel admirador del gol y del show en estado puro. El poco erotismo que aporta el único funambulista, de Miel, centrado de este circo venido a menos, cae sin equilibrio cuando la maldita posesión se adueña de la emoción.

Vertical cual alegría matutina era el juego de un equipo, hoy, en huelga de pasión que, si no acaba bien la función, será jubilado para que otro domador (uno más) devuelva, al menos, la emoción de lo flamante.

El Circo Décima triunfó por la meta y no por el show, pero el Circo Undécima no inspira tal confianza. La vuelta de actores principales ha de devolver no la ilusión, sino la pasión y la exaltación por la que el público va a ver a 'su Madriz'.

 

PD: "En todo encuentro erótico hay un personaje invisible y siempre activo: la imaginación". Octavio Paz.