ESPERANDO A BALE DESESPERADAMENTE
Gareth Bale ha tenido muy mala suerte con las lesiones desde que llegó al Real Madrid. Acumula 13 desde 2013, casi cuatro por temporada. La triste metáfora de esto que os cuento aconteció el día de su debú, el 22 de septiembre de 2013 sufrió un problema en el cuádriceps durante el calentamiento del partido ante el Getafe, tuvo que retirarse y no pudo debutar, lo que provocó una gran decepción. Aquello se producía después de un fichaje interminable que se prolongó durante todo el verano y una portada del diario Marca que indignó al presidente del Real Madrid, Florentino Pérez. La portada hablaba de una protrusión en dos vértebras, la famosa hernia que en el Madrid aún recuerdan y no con mucho agrado. El caso es que Bale no ha hecho una temporada completa desde que llegó al Madrid, cuando su influencia en el equipo no ha dejado de subir desde que irrumpió.
Su lesión ante el Sporting de Portugal en noviembre durante un partido de Champions le llegó en un gran momento de forma, de hecho era el mejor del equipo. Desde dentro y fuera sus detractores hablan de un jugador insolidario, poco comunicativo e integrado, los que dan una vuelta de tuerca en su crítica le acusan de llegar el último al entrenamiento y marcharse el primero, y en el trasfondo de la crítica aparecen los 17 millones de euros que cobra por temporada. Todo eso es discutible, no lo es que el Madrid le necesita y más cuando los otros integrantes de la BBC, Cristiano y Benzemá no atraviesan su mejor momento de forma. Sobre las dudas en torno al estado físico de Benzema y sus “métodos de entrenamiento” podemos hablar otro día. Las dudas no sólo están fuera del vestuario. Y este resquemor no sólo afecta a Benzema sino a otro jugador de la plantilla.
Bale llevaba 7 goles en 16 partidos antes de la lesión de noviembre. Marcó 22 en 44 en su primer año, 17 en 48 al siguiente, y 19 en 31 la temporada pasada. Tan buena es su cifra de goles como inquietante la de los partidos que disputó, siempre consecuencia de las lesiones. La felicidad para el madridismo es que ahora está a punto de volver. Los más optimistas le situaban el 22 de febrero en Mestalla. No parece que su evolución, que ha sorprendido a los médicos, vaya a ir tan rápido. Pero Bale aparece en el horizonte blanco, y su presencia es vital en un equipo que no acaba de arrancar del todo en este 2017. Lesiones o no, dudas sobre su integración o no, el Madrid necesita a Bale más que nunca. Necesita su velocidad, su capacidad para romper partidos, necesita sus goles. Será el gran fichaje de invierno del conjunto blanco. Tras la eliminación en Copa, la derrota en Sevilla, los problemas para ganar al Málaga, la vuelta de Bale es lo mejor que le puede pasar al Madrid que necesita desesperadamente que no se vuelva a lesionar. Que crucen los dedos.