Harakiri lateral
"Carvajal y Marcelo tienen que ser los laterales titulares en el Real Madrid. Arbeloa y Coentrao son cojos y no saben dar un centro". Pues ya me he cansado de estas estúpidas afirmaciones que algunos llevaban por bandera desde el comienzo de temporada, los mismos que ayer se dedicaban a echar la culpa a Diego y a Carlo de la derrota.
Tanto el brasileño como el canterano blanco quedaron más que retratados en las dos acciones que han enterrado gran parte de las opciones del Madrid en Liga. Quedando claro que el tropiezo del Madrid ha sido una torcedura de tobillo inoportuna, lo que es innegable es que la labor de ambos laterales fue paupérrima. Un gol por cada una de las bandas, con la ausencia de ambos como protagonista, un castigo demasiado caro para el Real Madrid en relación a su aportación en lo ofensivo.
El mejor lateral de la Bundesliga la pasada campaña dejó más que claro su pobre nivel defensivo, tanto contra el Barça como en el Pizjuán. Es muy fácil cogerle la espalda tanto en estático como en las contras. Contra el Sevilla volvió a quedar claro que con Carvajal en una banda y con Marcelo en la otra el equipo sufre lo que no está escrito y por mucho que se empeñen los antiarbeloistas, con Álvaro de lateral en los partidos clave, el equipo estuvo mejor sin duda alguna.
Lo de Marcelo ya empieza a ser cansino, desesperante, exasperante e irritante. Su talento ofensivo no es nada si sigue sin llegar a las transiciones defensivas. El Madrid no puede jugar con Marcelo y Carvajal ciertos partidos, eso es así y punto. Como afirmó Mou en todo su saber, en el fútbol de hoy es imprescindible que si hay un lateral 'bajito' de proyección ofensiva, el otro ha de ser de un perfil más 'alto', más serio defensivamente.
Que conste de antemano que estoy muy en contra de los haters derrotistas. Que el traspié ante el Sevilla fue cuestión de mala suerte, a la par que de factores a mejorar como el citado dilema de los laterales. Mención a parte merece Ancelotti, y no seré yo el que hoy juege a entrenador tras una derrota, cuando no lo hago tras una victoria.