La exaltación de la 'casta'
"No estáis trabajando aquí. No estáis sufriendo aquí. Os meten canastas fáciles porque no trabajáis aquí. Luego delante, solo queremos un bloqueo, un pase o un tiro. Somos incapaces de darnos dos pases". Así abroncaba Pablo Laso a los suyos para que despertaran del letargo en el que estaban sumidos.
Fue el punto de inflexión del partido. A partir de ahí, el Real Madrid mejoró defensivamente. A la 'lasina' hay que sumarle la 'casta' de Rudy Fernández y, sobre todo, el coraje del 'Chapu' Nocioni. No os hablo de la 'casta' del otro Pablo. No, sino la garra que ha caracterizado siempre al Real Madrid. El argentino jugó con un esguince en el tobillo después de que aterrizara sobre él Sitapha Savané en las semifinales. Eso es luchar por tu equipo. Eso el madridismo lo premia y el 'Chapu' se merece un reconocimiento.
La exaltación del '6' cuando el sonido de la bocina, mezclado con los vítores de los aficionados, retumbó en el Gran Canaria Arena. Fue antológica. Agitó los brazos con los puños cerrados mientras Bourousis y Facu le rodeaban exhibiendo la felicidad lógica después de derrotar al máximo rival tras un duro enfrentamiento.
¿Y qué decir del gran Rodolfo? Durante todo el fin de semana se ha echado el equipo a sus espaldas y es uno de los principales artífices del triunfo blanco en las islas. Ha dado un paso adelante en su baloncesto en los últimos meses y vuelve a ser el mejor '3' del panorama nacional. Cuando el partido estaba a las puertas del descanso, Rudy robó el cuero en tres cuartos de cancha propia para acercar al Madrid a un solo punto y propinar un duro golpe a la autoestima de un Barcelona que había superado a su rival en todas las facetas.
Es un nuevo triunfo para el madridismo de la mano de un técnico que ha estado en entredicho durante toda su estancia en la Casa Blanca. Sinceramente, cuando las cosas no iban bien, tuve una crisis de fe. Sí, me declaro culpable. La rabia de ver como el Madrid no carburaba después de haber asistido al espectáculo de la pasada campaña sobrevolaba mis pensamientos. Pero si alguien era capaz de que yo recuperase la fe en el equipo era Laso, y lo ha conseguido. Una nueva victoria del técnico vitoriano que acalla las críticas por enésima vez. ¡Bravo por Pablo y sus chicos!