La flor de Casillas
Si algo ha tenido durante su carrera Casillas es suerte o la denominada flor en el culo, en vocabulario de bar y calle para que nos entendamos todos. Desde el comienzo de su trayectoria profesional, Iker ha tenido a su favor el destino, cobrándose éste víctimas de todo tipo desde César a Adán, pasando por Cañizares y su famoso frasco de colonia.
Tuvo esa pizca de suerte para debutar contra el Athletic en San Mamés y asentarse en el primer equipo. Luego sus reflejos y sus grandes aciertos bajos palos nunca mejor dicho- impulsaron su carrera hasta convertirle en el mejor portero del mundo. Una condición que ha ido perdiendo poco a poco debido al paso de los años y a su creciente pereza a entrenar sus puntos más débiles. Esto último lo reconoce el propio Casillas en una entrevista en Men's Health: "La mayoría de porteros trabajan mucho el tren superior y están más fuertes que lo jugadores de campo. En mi caso es al contrario, no me gusta hacer pesas. No me gusta nada verme 'grande' después de haber entrenado". Quizás el guardameta nos resolviera con esta respuesta la cuestión de por qué un simple choque con Sergio Ramos provoca que deba ser sustituido en los primeros 20 minutos del encuentro contra el Galatasaray.
A Casillas se le ha quedado calva la flor, ya no tiene pétalos a los que agarrarse. Y es que todo cambió para el portero aquella noche de enero en Mestalla, 'el chico de la suerte' caía lesionado para varios meses. Después vendría el fichaje de Diego López, el flaco favor realizado por sus palmeros durante su suplencia y su discreta actuación en la final de la Copa Confederaciones.
Aunque no nos engañemos, el cactus que ha sustituido a la flor de Casillas tiene nombre propio y se llama Diego López. El gallego está más en forma y más fuerte psicológicamente, lo que ha convertido pétalos en pinchos de un destino, que por primera y única vez en su carrera, está enfadado con Iker. Ahora es el momento de demostrar ser un hombre y un verdadero capitán del Real Madrid. De ello depende no solo el presente, sino también el futuro y lo que cuente la leyenda del que un día fue el mejor portero del mundo.
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