La obsesión de Tebas
Ya pudimos comprobarlo en la semana previa al Clásico liguero del pasado mes de octubre con el supuesto homenaje a Messi por batir el récord de Zarra, y ha quedado confirmado en la última jornada con un castigo surrealista al Real Madrid por cánticos ofensivos en su estadio. Tebas ha vuelto a utilizar al club blanco como escaparate para promocionar unas medidas que nada tienen que ver con la realidad del fútbol español.
Si en los últimos años ha habido algún club que haya trabajado por eliminar cualquier actitud antideportiva de sus instalaciones, ese ha sido el Real Madrid. Como agradecimiento, Tebas y la LFP deciden castigar con unas medidas imposibles de ajustar y con el utópico objetivo de acabar con la violencia verbal, presente en todos los estadios del país, de la noche a la mañana.
Unas medidas que, además, crean un peligroso precedente. El propio Real Madrid, como sucede con muchos otros clubes, tiene que soportar cánticos ofensivos hacia el equipo y la mayor parte de sus jugadores en cada estadio de la Liga. Unos hechos hasta ahora vistos con normalidad que no podrán ser ignorados después de esta polémica decisión.
Tebas no puede permitir que el Real Madrid sea el gran damnificado por los tristes hechos ocurridos en los aledaños del Vicente Calderón. El club blanco siempre ha mantenido una actitud ejemplar y no se recuerdan incidentes destacables en el coliseo madridista en la última década. El problema del fútbol español no está en el Santiago Bernabéu, por mucho que se empeñen sus dirigentes.