La verdad, con Diego López

21.07.2014 11:29 de  Francisco José Reina   ver lecturas
La verdad, con Diego López

El -inminente, al parecer- fichaje de Keylor Navas por el Real Madrid llega como guillotina para uno de los dos porteros actuales de la plantilla del equipo: Iker Casillas y/o Diego López. El debate sobre quién tiene que salir de los dos ocupa portadas y llena los contenidos de las tertulias. Entre la controversia que suscita la cuestión, hay varias realidades. Los que defienden a Casillas son los mismos que tienen el monopolio de los periódicos deportivos nacionales, ya que son amigos del portero, y los que hacemos lo mismo con Diego somos una minoría en oposición permanente, sin el control de los medios y, por lo tanto, sin el poder alienador de los mismos, además de defender nuestra posición sin intereses ni por ser 'amigo de'. Pero con una diferencia, de tener potestad en los medios, no tendríamos como metodología inducir a nadie, porque la realidad es justiciera.

A Iker Casillas le sentencian los motivos deportivos, véase la final de la Champions y el rendimiento en el Mundial sin ir más lejos, o los últimos dos años de paupérrimo nivel, y los extradeportivos, como la ausencia de profesionalidad [se negó a entrenar en la última etapa de Mourinho], de capitanía [llamando a Xavi bajándose los pantalones por no sabemos qué], de compañerismo [permitiendo la campaña de acoso y derribo a su antiguo entrenador y a compañeros de equipo, como Diego López] o de compromiso [desapareciendo en los momentos donde el madridismo necesitaba el apoyo del capitán del equipo].

Pero, habría que preguntarse las razones por las que Diego pudiese abandonar el Madrid. Deportivos, ninguno. Su único delito fue pelear por un puesto y cuestionar deportivamente la hegemonía de Iker Casillas. Aprovechó la lesión del mostoleño para hacer una campaña brillante, siendo protagonista principal del último tramo de temporada por sus paradas salvadoras y por demostrar un nivel más que brillante defendiendo la portería blanca. Despojó la teoría de los que le veían en la titularidad por Mourinho cuando vino Ancelotti y Vecchi, quienes apostaron por el gallego tras verle en los entrenamientos. Y, el crimen deportivo que cometió, fue ejercer un madridismo sincero, deportivo y profesional elevado al máximo exponencial, demostrado por su defensa inquebrantable a sus compañeros -incluido Iker- y acudiendo, por ejemplo, a todos y cada uno de los entrenamiento voluntarios.

La llegada de Keylor no la cuestiona nadie, pero la realidad es radical, imparcial, honesta, y ecuánime. Las portadas y las defensas de los amigos de uno no pueden hacer sombra a la verdad, por mucho que se empeñen en cumplir sus objetivos. La verdad, es hija del tiempo pero, cuando es débil para defenderse, ha de pasar al ataque. En eso estamo

Francisco José Reina
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Francisco José Reina
Conato de maestro. Un pasional y crítico madridista extremeño articulista y colaborador en EM7. Eterno viajero de sueños e ilusiones desde la vieja Augusta Emérita. El indomable y salvaje anarcomadridismo trombólico que surge en el último suspiro de un segundo. Eso debe de ser el Madrid.