Las autopistas de Colombia salen rentables

El 2014 fue un año de gloria para el Madrid. Se ganó la Copa al Barcelona, la Champions al Atlético y se logró la Supercopa de Europa y el Mundial de Clubes. Entre medias de estos títulos, el Madrid, y en especial Florentino, dio un golpe sobre la mesa en cuanto a fichajes se refiere. A pesar del éxito de la 'Décima', el presidente no quiso que la plantilla se relajase y metió savia nueva para que las ansias de títulos siguieran presentes. 

En ese ir y venir de jugadores, las bajas más destacadas fueron Di María, eje central y pulmón del equipo, y Xabi Alonso, por todo lo que había significado para el equipo durante tantos años. A cambio llegaron Kroos, el mayor robo en un mercado de fichajes en mucho tiempo, y James, criticado aún sin haber disputado un solo minuto simplemente por el precio de su traspaso. Tras su gran Mundial, Florentino apostó por el colombiano, y por supuesto, se cumplió la máxima de los últimos años. Fichaje de Florentino, fichaje criticado.

Las críticas llegaron, primero, por querer compararlo con Di María. Que si no corría, que si no robaba, que si rompía el equilibrio del equipo o que si cortaba la progesión de Isco. Después, cuando se vio que sí corría, que si robaba, que aportaba equilibrio y que formaba una de las mejores duplas junto a Isco, se dijo que el fichaje era únicamente por intereses de ACS, la empresa de Florentino. Al parecer, se había fichado a James únicamente para hacerse con contratos de construcción en Colombia. Medio año después de su llegada, los haters se han tenido que esconder en sus cuevas, donde se han encontrado y se han unido a los de Benzema. Ya no hay ecos de aquellas chorradas con ACS y demás teorías conspiratorias que filmaría el propio Scorsese, con Marlon Brando en el papel de Florentino y un jovencísimo James Franco en el papel del futbolista colombiano. Autopista hacia el cielo, podría llamarse el film. Candidata al Oscar, no lo olviden. 

autor

David Marcos

Conmigo quién quiera, contra mí quién pueda". Un día me hice seguidor del Real Madrid y desde entonces he disfrutado de pasillos, carreras eternas hasta el banquillo para celebrar un gol o voleas gloriosas. Sin embargo, siempre queda en el tintero todo aquello que el tiempo no te ha dejado disfrutar. Por los que se fueron, que no volverán, pero jamás se marcharán.

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