Laso y el Real Madrid reconocible

Tercera final consecutiva de Euroliga para el Real Madrid. Desde la llegada de Pablo Laso al banquillo, el conjunto blanco ha logrado la estabilidad necesaria para atacar el cetro europeo 20 años después. Tras la marcha de Obradovic, el Madrid inició una larga travesía por el desierto que le llevó, entre otros sonados fracasos, a no clasificarse para los playoffs de ACB o a ausentarse durante 18 años de una final del máximo torneo continental. La Copa del Rey también era un torneo prohibido desde 1993. Un cúmulo de despropóstitos que llevó a los aficionados a la desesperación.

Cierto es que la victoria tiene muchas madres y la derrota solo la del entrenedor. Florentino Pérez apostó fuertemente por el baloncesto cuando regresó al Real Madrid. Aprobó fichajes con un gran coste económico y relanzó una sección que estaba al borde de la desaparición por abandono. Sánchez y Herreros acertaron en las decisiones deportivas. Y Laso... Laso hizo el resto. Lo más difícil y menos valorado. Creó un grupo, un equipo y volvío a hacer reconocible al Real Madrid. 

En en el entrenamiento previo a la semifinal ante Fenerbahçe, Laso corregía, con sabiduría y simpatía, a este periodista en la primera pregunta. "No, no hemos trabajado durante todo el año para llegar a la Final Four. Hemos trabajado para ser un equipo reconocible", afirmó con vehemencia. Repasando después la grabación y razonando sobre los argumentos expuestos por Laso, solo me queda aplaudirle. Y es que cada charla con el técnico vitoriano es como una lección de baloncesto. Impagable. Incalculable. De un gran valor profesional. 

Lo cierto es que Laso ha construido un Real Madrid reconocible contra viento y marea. Pocos confiaron y muchos quisieron, y querrán, echarle tras cada derrrota, pero la labor de un entrenador va más allá. Los continuos éxitos logrados temporada tras temporada son el resultado de un proyecto deportivo bien ensamblado. La constancia da sus frutos. Y eso que muchos 'expertos' exigen a la sección de baloncesto los mismos objetivos que a la de fútbol. Sin pensar, ni intentar comprender,  que son equipos con un potencial económico diferente y con una historia contemporánea muy dispar.

Hay que dar el reconocimiento y el mérito justo a Pablo Laso por estas tres finales consecutivas de Euroliga. Gracias por volver a poner al Real Madrid en el mapa del baloncesto europeo. Ahora sí, el equipo blanco vuelve a ser un grande con una gran generación de jugadores capitaneada por Felipe Reyes y un estilo de juego que busca divertir al espectador. Este Real Madrid sí es reconocible.