Lo que quiere la gente del nuevo Bernabéu

Esta semana se ha anunciado el acuerdo para la remodelación del Santiago Bernabéu. El nuevo estadio no es muy distinto del que se había presentado en primera instancia, aunque se han reordenado ciertas cosas para evitar entrar en problemas con la justicia. Como era lógico, esta decisión ha provocado las iras de ciertos sectores de aficionados, que han aprovechado para atacar a Florentino y al Madrid con argumentos de patio de colegio.

El aficionado madridista quiere un estadio con 100.000 espectadores, porque los 80.000 del actual se han quedado pequeños teniendo en cuenta la magnitud de los socios. También quieren que el nombre siga siendo el mismo y no se incluya un 'apellido' del patrocinador de turno. Por supuesto, quieren todas las mejoras que se han presentado, como el techo retráctil o el videomarcador de 360 grados, también el hotel, el centro comercial y hasta un parque de atracciones si es posible.

Alguno lo leerá y pensará que no parecen muchas exigencias teniendo en cuenta que se trata del Real Madrid, pero el problema viene cuando te explican lo que no quieren. No quieren que el estadio se mueva de su emplazamiento actual, aunque eso imposibilita que haya más aforo. Guste o no, el actual Bernabéu se ha quedado obsoleto en cuanto a capacidad pero es imposible ampliarlo porque ya no da más de sí. ¿La solución? Trasladar el estadio a Valdebebas, donde hay espacio más que de sobra, pero la gente no lo quiere porque está a las afueras. Tampoco quieren un nombre comercial al lado de Bernabéu. Es decir, quieren que la empresa de turno ponga la pasta para pagar el nuevo estadio pero que su nombre no aparezca. Por supuesto, todo esto lo quieren costando menos de 400 millones de euros, y a poder ser, que se tarde un par de meses en llevarlo a cabo. Viendo cómo está el patio, miedo me da cuando empiecen las obras y el centro de Madrid tenga cortes debido a las maquinarias y a la remodelación del estadio. Que Bernabéu nos pille confesados. 

autor

David Marcos

Conmigo quién quiera, contra mí quién pueda". Un día me hice seguidor del Real Madrid y desde entonces he disfrutado de pasillos, carreras eternas hasta el banquillo para celebrar un gol o voleas gloriosas. Sin embargo, siempre queda en el tintero todo aquello que el tiempo no te ha dejado disfrutar. Por los que se fueron, que no volverán, pero jamás se marcharán.

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