LO QUE SE ESPERA DE CRISTIANO RONALDO

Recuerdo una anécdota vivida en el interior del vestuario blanco en un momento de malos resultados, lo que en el Madrid es crisis total. Reunión de los jugadores en la caseta, Sergio Ramos toma la voz cantante y se dirige al resto de compañeros, junto a él Cristiano Ronaldo. Ramos hace un alegato exigiendo más implicación de todos, menos despistes, apela al escudo y a la camiseta y ejerce de capitán. En un determinado momento le espeta al grupo: “aquí estamos todos para correr, para trabajar sin parar, sólo hay uno que puede hacer lo que quiera” y señala con el dedo al que tiene al lado, esto es, a Cristiano Ronaldo. La jerarquía queda bien clara. Han pasado dos o tres temporadas desde aquello.

El Madrid ha acumulado dos derrotas seguidas, una en Sevilla, inesperada por el desarrollo del partido, y otra en Copa ante el Celta, inesperada desde el principio. Y algunas cosas han cambiado. Cristiano ha sido irrelevante en los dos partidos y algunos pesos pesados del vestuario le miran con recelo porque esperan mucho más de él y no se explican qué es lo que está pasando. Los compañeros de equipo y, en realidad, el Madrid entero. Cristiano alzó el pasado día 9 en Zúrich el premio The Best, el galardón de la FIFA al mejor jugador del mundo. Antes había recogido su cuarto balón de oro que premia exactamente lo mismo, el mejor del año. Un año increíble para el portugués colectiva e individualmente, con la Eurocopa, la Champions y los dos grandes galardones individuales. Sin embargo, Cristiano ha estado presente en las dos derrotas de su equipo  y con malas o insípidas actuaciones. Tanto si se ha colocado de nueve como si ha arrancado desde una banda. Con poca o nula asociación con sus compañeros y sin gol, su gran e imponente baza. El balón de oro  ha participado esta temporada, contado ya el partido ante el Málaga,  en 23 partidos del Madrid con 18 goles en más de 100 remates. 12 de los 22 goles los ha marcado en la liga, en la Copa no se ha estrenado, cierto que sólo jugó ante el Celta. Pero el Madrid necesita de su liderazgo, de su implicación. No puede vivir de un Cristiano enfadado con el mundo, y, lo peor, ausente. Ante el Málaga sonaron algunas voces discrepantes con su juego en el Bernabéu, aunque en la grada su crédito sigue siendo amplio, pero no infinito.  Es verdad que el fuerte del crack portugués no es colaborar activamente en el juego del equipo, no es esa su mejor virtud. Pero si un equipo no se puede permitir el lujo de jugar con uno menos, en el caso del Madrid la concesión al rival es tremenda si el uno menos es Cristiano Ronaldo.  

Si hay algo que le ha permitido desarrollar su extraordinaria carrera es su sobrenatural ambición. Casi todo el planeta coincide en señalar a Messi como el mejor jugador del mundo. Esto lo discuten los madridistas, pero, sobre todo, el propio Cristiano, que jamás se ha resignado a ser el segundo. Podría haber vivido muy cómodamente sabiéndose en el Top3 de los mejores jugadores del mundo. Pero él está convencido de que es el mejor, y por eso ha peleado toda su vida, por esto tiene 4 balones de oro y dos premios FIFA. Porque nunca ha dado el brazo a torcer. Por eso el Madrid le necesita, sus goles, su liderazgo, su ascendencia sobre un equipo que ahora le mira con recelo porque no entienden que no aparezca cuando tanto le necesitan. Ese es su inmediato reto, y los desafíos por difíciles que sean jamás han sido un muro para él, todo lo contrario. 

autor

Juan Carlos Rivero

Periodista con tres décadas en la profesión. Narrador de los partidos de la selección española en TVE. Mundiales, Eurocopas, Juegos Olímpicos y Champions. Dirige y presenta Estudio Estadio en Tdp

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