Los pecados de Arbeloa

Se decantó por Mourinho, defendió a Diego López, a un Benzema en sus horas más bajas, a Xabi Alonso y así a una larga lista de jugadores que han defendido o defienden la camiseta del Real Madrid. Además, no jugó ni juega las cartas que quiere la mayoría de la opinión pública, se guía por lo que piensa, por sus principios y, sobre todo, por lo que es mejor para el club blanco. Es la voz del madridismo y ejerce de capitán pese a no tener brazalete como tal.

Todos sus males radican de su primer pecado, su defensa a Mourinho. Desde el momento en que la opinión pública se posicionó en contra del técnico portugués, todos los jugadores que siguieron al lado de su entrenador se convirtieron en enemigos públicos. Sobre todo tres, Diego López, Xabi Alonso y el propio Arbeloa. Resulta curioso señalar que el núcleo fuerte del mourinhismo, al que definió a la perfección el ‘Espartano’ en su última entrevista, estuviese formado por españoles y canteranos. Además de Diego y Arbeloa, Callejón o Granero estuvieron siempre del lado de su entrenador.

No puede dejar de resultar cómico que un año y medio después de que don José se fuese del Real Madrid la mayoría de sus detractores se acuerdan de él cada vez que tienen oportunidad, la leyenda dice que Mourinho se les aparece en sueños para que no duerman en paz.

Los grandes pecados de Arbeloa se resumen en: ir de frente, no esconderse, hablar claro y defender al Real Madrid por encima de todo y todos. Muchos le achacan incendiar el vestuario, pero que le critiquen salir en defensa de un compañero y pedir el aplauso del Bernabéu es, como poco, ilógico. Tal vez alguno tenga celos de la sintonía de Arbeloa con la afición, algo que se ha ganado él solo, con su esfuerzo sobre el campo y derrochando madridismo fuera de él. Por algo le llaman el ‘Capitán sin brazalete’.