Memoria y paciencia son fórmula de éxito en Chamartín

Bernabeudigital.com

Si alguien que se hubiese levantado hoy sin haber oído nada de fútbol en toda su vida hubiese leído cualquier periódico deportivo, pensaría que el Real Madrid es una catástrofe. Tal y como hoy se pintaba, el Real Madrid es una banda de inexpertos y jóvenes jugadores que han tirado Liga y Champions en la misma semana. Nada más lejos de la realidad.

Todo aficionado al fútbol debería saber que dar por muerto al Real Madrid nunca ha sido una buena idea, y sino que pregunten a los del Wolfsburgo de la temporada 15-16. Aquel joven equipo comandado por Julian Draxler cuajó un magnífico partido y fue capaz de anotar 2 goles en la portería defendida por Keylor Navas. Se iniciaba así la histórica andadura de Zinedine Zidane en las eliminatorias de Champions, con una derrota contundente que a día de hoy, y según la exigencia del madridismo con Zizou, bien podría haberle costado el puesto.

Sin embargo, los madridistas supieron tener paciencia y se encomendaron fieles a un equipo que consiguió la gran hazaña de remontar aquel partido, a la postre decisivo para levantar la Undécima. Es por partidos como este o como el de la Décima, por los que el Real Madrid no debería jamás perder la fe y por los que tanto equipo como afición deberían creer es muy posible que el Real Madrid anote 3 goles en el Etihad, o al menos bastante probable. El Real Madrid tiene más vidas que los gatos de la capital y, hablando en Champions, nunca está muerto. Como aficionados, tenemos las razones para creer que un equipo comandado por Zizou es más que muy capaz de sumar tres puntos ante el FC Barcelona y acceder a unos nuevos cuartos de final en Champions. Esto es el Real Madrid, memoria y paciencia.