Odegaard se marchita

Odegaard se está marchitando. El noruego llegó en enero de 2015 al Real Madrid como una de las grandes promesas del futuro pero no ha conseguido cumplir con las expectativas. Jugando la mayoría de partidos en Segunda División B, excepto un par de oportunidades con el primer equipo, no permiten que saque a relucir toda su calidad.

Jugar en campos en mal estado, donde es muy difícil tener el control del balón, no le ayudan debido a las características de su juego. Además el hecho de entrenar con la primera plantilla pero jugar con el Castilla tampoco le ayudan a meterse en la dinámica del filial blanco.

Claro que entrenar con algunos de los mejores jugadores del mundo te hace aprender, pero cuando Odegaard vuelve a la realidad de la Segunda División B está muy perdido.

Aún así lo intenta. El noruego, sobre todo en los partidos que se disputan en el Di Stéfano, se ofrece, baja a recibir para iniciar la jugada del equipo... pero no le encuentran y este se desespera.

El mismo Zidane aseguró, en rueda de prensa el pasado mes de diciembre, que Odegaard podría dar mucho más, después de que el noruego hubiese realizado uno de los mejores partidos de la temporada frente al Portugalete.

El año de Odegaard no está siendo lo esperado y da la sensación de que, a pesar de su juventud, se está perdiendo un gran talento. Una cesión a un club de Primera o Segunda División sería una buena opción para que el noruego pudiera desarrollar mejor su fútbol y poder ver su verdadero potencial.

Lo que está claro es que Odegaard no está a gusto sobre el terreno de juego. Ofertas no le faltan y dejarle salir sería la mejor opción para que no se marchite la gran perla de 'La Fábrica'.