Paco Jémez y el estilo
No sé hasta qué punto el aficionado del Rayo estará contento con Paco Jémez. De los once partidos que se han disputado, el Rayo sólo ha ganado tres. No hablamos de presupuestos ni de jugadores, hablamos de estilo. Se intuye por lo que manifiesta que Paco Jémez está más preocupado de que el portero saque en corto desde su portería que de lapidar al rival a base de goles. Esta filosofía de juego puede ser elogiable, que lo es, siempre y cuando vaya acompañado de victorias. El fútbol es un deporte resultadista. El que gana se alza y el que pierde cae. Claro que es mejor ganar y jugar bien, por supuesto. Pero el estilo ha de estar siempre subordinado a la victoria.
El Madrid no ha pasado a la historia por jugar bien, sino por ganar. Aunque a lo largo de su historia haya ido de la mano de las dos. Cristiano no es el mejor por jugar bien, sino por meter goles, dar asistencias y ganar títulos. Por ejemplo, el portugués siempre ha sido mejor que Messi, pero hasta ahora no le ha aventajado de manera manifiesta. ¿Por qué? Porque ahora Cristiano mete el triple de goles – lleva 275 goles en 263 partidos oficiales, se ha convertido en el primer jugador en la historia del Madrid que marca en diez jornadas consecutivas, teniendo una media en Liga de 1,8 goles por partido y atesorando, con sus 18 goles en lo que llevamos de competición liguera, más goles que 16 equipos de Primera y un gol más que Neymar y Messi juntos – independientemente de cómo juegue. Es indudable que el madridismo está feliz por ver a su Madrid y a Cristiano jugando y ganando como los dioses pero, incuestionable es también que no estaría radiante si el buen juego del equipo no se acompañara de victorias. De que Jémez deje a un lado el verso y se proponga competir, el Rayo ganará más partidos y estará en mejor posición en la tabla, por mucho que los elogios muten y el discurso se adapte a la frialdad de la victoria.