Perdonadnos, somos el Real Madrid

Pedimos perdón por caer en Copa en un bochorno mayúsculo y ganar meses después la Copa de Europa. Pedimos perdón por encajar cuatro goles en el Bernabéu contra el máximo rival, echar al entrenador días después, apostar por alguien que jamás se había enfrentado a un banquillo de Primera División y ganar la Champions al cabo de los meses. Pedimos disculpas por estar con el gollete sobre la madera en enero, esquivar la embestida, arrebatar el hacha al enemigo y cortar la cabellera de todos y cada uno de los que nos distinguían aplastados, muertos en soledad. Sentimos caer en Alemania y remontar un 0-2 en el Bernabéu. Consideramos la falta de respeto que supone no solo plantar cara a la mejor etapa histórica del Fútbol Club Barcelona, que trajo por consecuencia cuatro Copas de Europa diez años, sino superarla con cinco Champions en dieciocho años, estableciendo de nuevo la misma diferencia que existía en los años sesenta. Excúlpennos por presentarnos en la final donde el Atlético de Madrid conseguiría su primera Copa de Europa en una especie de justicia histórica, saldando las deudas de los anteriores atléticos que no pudieron ver su sueño cumplido y ganar la undécima en la tanda de penaltis, alargando la pesadilla rojiblanca contra el rey de Europa. Lamentamos profundamente retar al equipo del Cholo, no rendirnos pese al empate a diez minutos del final y resistir heroicamente una prórroga repleta de calambres y tirones. Suplicamos el perdón por alzar de nuevo la orejona a los cielos sin Borja Valero, Cazorla ni Pedro León y hacerlo con Casemiro, Lucas, Isco, Modric y Gareth Bale. Pedimos que nos exoneren por hacer de Zidane el único hombre que consiguió el campeonato europeo como jugador, segundo técnico y entrenador; por ser el equipo con más Copas de Europas y más Champions; por hacer de Cristiano el máximo goleador del campeonato por quinta vez; por despedir a Arbeloa con la undécima; por alinear a Casemiro pese a ser una ofensa para la cantera; por llevar a Gento, Amancio, Mijatovic, Roberto Carlos y Raúl para animar a los nuestros y no a Raúl García como el Atlético de Madrid; por ganar cinco finales seguidas de la Copa de Europa desde 1998 hasta 2016; por ser indestructibles, por no hincar la rodilla; por todo, perdonad. 

Ganamos de nuevo en la prórroga, nuestro Ramos volvió a meter a balón parado y Cristiano nos dio el gol definitivo, como en Lisboa. Media España se ha tenido que tragar los grotescos y ridículos comentarios que utilizaban para herir al conjunto blanco. Nos hemos levantado después de estar con pie y medio en el fracaso más absoluto para volver a erigirnos como reyes incuestionables de Europa y del mundo. Perdonadnos, pero somos el Real Madrid. 

autor

Francisco José Reina

Conato de maestro. Un pasional y crítico madridista extremeño articulista y colaborador en EM7. Eterno viajero de sueños e ilusiones desde la vieja Augusta Emérita. El indomable y salvaje anarcomadridismo trombólico que surge en el último suspiro de un segundo. Eso debe de ser el Madrid.