Piqué y su eterno complejo de inferioridad
Ganar y perder, saber ganar y saber perder no es lo mismo. A los que realmente tienen ese gen ganador en sus venas, ni por un instante en el momento de la victoria se les pasa por la cabeza acordarse del contrincante vencido o del eterno rival. Estos últimos son aquellos que no saben ganar, pueden llamarles también acomplejados. Un complejo de inferioridad que, por ejemplo, Piqué hace patente en cada triunfo del Barcelona.
Recordemos su manita, aquel tweet que con tan buen arte respondió Arbeloa más tarde, sus "boti, boti, boti, madridista el qui no boti"… Y así hasta llegar a sus últimos recaditos: "Y gracias a Kevin Roldán, contigo empezó todo", o la más reciente: "Vamos chavales, a celebrarlo. Que se jodan los del Madrid. Que nos vean dar la vuelta". Lo dicho, ¿acomplejado? Un poco sí, ¿no?
No solo Piqué, otros antes de él también pecaron en su complejo de inferioridad. Eto’o o Figo –antes de conocer lo que realmente es bueno-, incluso Dueñas, tras un triunfo del Barça de Baloncesto cantó: "Madrid se quema, se quema Madrid".
Con ‘celebraciones’ como las de después de la victoria en la Supercopa, imágenes que se desvelaron en El Chiringuito, se demuestra, una vez más, que el barcelonismo, esta vez reflejado en la figura del central azulgrana, vive a la sombra del Real Madrid. Es tan larga esta sombra que ni en sus momentos más felices pueden dejar de lado su antimadridismo, su complejo de inferioridad. Algo que en el fondo tiene que servir a toda la afición blanca para reafirmarse en que por mucho que gane el Barça nunca van a estar a la altura del Real Madrid.