Raúl, recuerda: ¡Hala Madrid y nada más!
No es fácil escribir esto. No es nada sencillo hablar así de una persona a la que he idolatrado toda mi vida. Porque sí, Raúl González Blanco siempre ha sido mi ídolo, casi cuando empezaba a ver el fútbol él daba sus primeras patadas en el primer equipo. Fue un crecimiento 'codo con codo', mi amor por el fútbol y el Real Madrid y su carrera.
Cinco segundos para respirar y continúo. El que ha idolatrado a alguien sabe que el desengaño es fatal. Intento encontrar justificación al abrazo con Stoichkov, a los tweets en los que nunca da al Madrid como favorito ante Atlético o Barcelona… Pienso que es por el cargo que le une a LaLiga como embajador, pero entonces me viene el nombre de otros exjugadores que nunca han dado la espalda a sus colores, total, todos sabemos de qué pie cojea cada uno, entonces… ¿por qué Raúl?
Luego llegan los comentarios en beIN Sports. ¿De verdad no viste claro el penalti a Lucas o a Cristiano? ¿En serio? Tú que silenciaste al Camp Nou, que mandaste callar a todo el barcelonismo, que te convertiste en azote del eterno rival. ¿Dónde está el ‘Eterno Capitán’? Por el que lloré cuando se despidió del Madrid, por el que me enganché a la Bundesliga o hasta llegué a ver partidos de Qatar y de EE.UU. Por no hablar de su regreso al Bernabéu, de ese partido homenaje, ¡si hasta me compré la camiseta del partido!
No soy dudosa, siempre he sido raulista, por eso creo que tengo derecho a preguntar dónde está mi capitán, mi ‘7’, mi Raúl. Porque no puede ser que el mismo niño que silenció al Camp Nou, se convirtió en el favorito de la Diosa Cibeles y arrancaba a cantar contra el Barcelona en cada celebración sea el mismo ‘tibio’ que no se moja. No es complicado Raúl, recuerda: ¡Hala Madrid y nada más! ¡Siempre fieles!.