Todos contra el Madrid

27.09.2013 00:00 de  Redacción   ver lecturas

Qué difícil es a veces llevar el escudo del Real Madrid. Sí, es cierto que somos guapos -Modric no cuenta-, que jugamos bien al fútbol -el partido de Elche jamás existió- y que das una patada en el Bernabéu y salen billetes de 500 euros por doquier. También es cierto que, para aquellos que visten con rayas de color azulgrana y sus aficionados, debe ser muy difícil saber que su eterno rival se ha ligado nueve veces a la 'Orejona' en toda su historia sin tener la necesidad de emborracharla, como hicieron ellos en Stamford Bridge y algunos lugares más.

Pero no todo son taconazos del guaperas engominado ni fichajes multimillonarios. Llevar ese escudo también conlleva sufrir una constante y casi perversa persecución por parte de clubes, instituciones y medios de comunicación. Si a todo ello le sumamos que, al menos en Madrid, también tenemos al enemigo en casa, la cosa se vuelve digna de una película de Almodóvar. Solo faltan los travestis -ya aparecerán, ya-.

El ejemplo más claro podemos encontrarlo en el último partido del Real Madrid. Los blancos saltaron al césped para tomarse una 'relaxing cup of café con Elche' más que para jugar al fútbol, y al final necesitaron de las genialidades de Ronaldo y del dudoso criterio de Muñiz Fernández para llevarse el gato al agua. Después de eso, llegó la tormenta.

La prensa catalana, como era de esperar, desplegó todos sus medios para que quedase claro que el partido había sido un robo. Solo era cuestión de horas que el escupitajo que habían lanzado hacia arriba volviese a caerles en su fea cara, ya que solo era necesario buscar el tratamiento que dieron al partido del Barcelona contra el Sevilla, en el que los culés se impusieron gracias a los favores arbitrales. El mismo partido, pero mirado con lupas muy distintas. Cosas de la memoria selectiva, supongo.

El problema, sin embargo, tiene una naturaleza bien distinta. Por todos son sabidas las vergüenzas de la prensa culé y de la prensa madrileña –que no madridista, ojo-, y a nadie le sorprende ya que desde la Ciudad Condal se oculten los trapos sucios de Rosell y sus lacayos ni que desde Madrid se saquen a la luz más mentiras que verdades. En este caso, al menos, conviene decir que la prensa de la capital fue algo más honrada.

El verdadero problema viene de la Federación. Ya son tantas las veces en las que han acuchillado al Real Madrid y han pasado por alto las tonterías del Barça que cada vez queda más claro quién es el que corta el bacalao. Sánchez Arminio salió públicamente diciendo que él "no habría pitado penalti", tirándose a una piscina a la que no se habría tirado si el beneficiado hubiese sido el Barcelona.

Lo que está claro es que no hay mayor ciego que el que no quiere ver. El ridículo de la prensa catalana, la bocaza de Gerardo Piqué y las actuaciones de la Federación y de los árbitros han sacado a la luz una verdad que ya es imposible ocultar. El Real Madrid camina cada temporada con música de persecución sonando de fondo y con demasiada gente armada persiguiéndole. Ya es hora de que se produzca un verdadero cambio y de que las vergüenzas de los catalanes comiencen a salir a la luz. Se puede comenzar diciendo que Messi no es tan bueno como lo pintan, que el Barça ha robado más partidos que nadie y que los 'valors' ya son cosa del pasado. Ahora solo falta que alguien tire de la manta y que se den cuenta en el resto del mundo.

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