Una pareja para seguir soñando
Las noticias que llegan desde el Real Madrid últimamente, a excepción de la marcha del 'Chacho', son inmejorables. Maciulis, Ayón y Thompkins han prolongado su contrato con la entidad merengue y se ha hecho oficial la incorporación de un interior atípico como Anthony Randolph. Atípico por su exquisito manejo de balón en relación con su altura. Un 2'11 con un trato excelso, una cualidad que no abunda en jugadores con tantos centímetros.
El Madrid firma a un jugador que puede conformar un dúo interior histórico. Probablemente, si todo va como se espera, forme la mejor pareja de pívots junto con Gustavo Ayón. Es el complemento perfecto para el center mexicano. La falta de kilos en la pintura la solventa con una muñeca de precisión quirúrgica desde la corta, media y larga distancia. Sus números en este curso desde el perímetro se han resentido.
El único pero que tiene es su falta de kilos para lidiar con los miuras de la pintura. Sin embargo, es muy rápido para poner un tapón cuando va a la ayuda. Un pívot perfecto para Laso que, a priori, sólo estará un año. Puede que considere el Madrid como un trampolín para su regreso a la NBA, el que sería su sitio natural por el talento que posee. Hay que recordar que se trata de un número 14 de Draft. No es ninguna tontería. Es otro acierto de la dirección deportiva del Madrid.
Puede salir mal, por supuesto, pero hay que tener paciencia. El ejemplo es Thompkins, que ha superado infinidad de piedras en el camino y ha llegado al final de la temporada en un gran estado de forma. Por cierto, un jugador en el que sigue confiando el Madrid, como he dicho antes. Por algo será, ¿no creéis?
Una temporada que se presenta esperanzadora con esta nueva incorporación. ¿Os imagináis lo bien que se puede entender con un base como Llull? Aunque, eso sí, con 'Chacho' se hubiera entendido a la perfección gracias a su creatividad. Ahora toca esperar hasta octubre para saber cómo encaja el norteamericano de Würzburg, pero permitidme que me tome la licencia de seguir soñando con un juego interior galáctico.