Dani Ceballos: lo que pudo ser y no fue en el Real Madrid

La salida de Dani Ceballos rumbo al Olympique de Marsella parece cuestión de horas. Todo apunta a que pronto se marchará cedido con opción de compra obligatoria, un movimiento que en Valdebebas ya dan prácticamente por hecho y con el que así se cerrará un capítulo que siempre dejó la sensación de haber sido menos brillante de lo que podía haber sido.

Porque calidad a Ceballos nunca le faltó. Su visión de juego, su capacidad para dirigir los partidos desde el centro del campo y esa personalidad que mostró en la sub-21 lo señalaban como un futbolista destinado a tener un papel más protagonista en el Real Madrid. Para mí, y seguro que para alguno más, el sustituto de Kroos. Sin embargo, su paso por el Bernabéu ha estado marcado por la irregularidad, las lesiones y, sobre todo, por la competencia feroz de un mediocampo histórico. Con el teutón y Modric en plenitud, el utrerano nunca terminó de encontrar continuidad.

Lo paradójico es que ahora, sin los dos grandes referentes de la medular madridista, Ceballos dice adiós dejando la sensación de que se ha quedado a medio camino de convertirse en el jugador que prometía ser para el madridismo. Su salida deja un poso de melancolía: el recuerdo de un futbolista con talento, que ofreció destellos, pero al que le faltó continuidad para asentarse en un club donde el listón es el más alto del mundo.

Quizá en Marsella encuentre ese protagonismo que nunca tuvo en Madrid. Pero lo que parece seguro es que, para muchos aficionados, siempre quedará la sensación de que Ceballos podía haber sido mucho más en Chamartín.