Sombras chinescas y espectáculos de magia

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Cuando uno está muy mal tanto económica como deportivamente tiene que recurrir a acciones desesperadas para salvaguardar la integridad de la institución. La ilusión no se come ni sirve de mucho más allá que para hacer felices a miles de personas, algo muy honorable por otra parte. El FC Barcelona está en una situación muy muy mala y viene de caer eliminado de la Champions League a las primeras de cambio, uno de los problemas más graves de los últimos 20 años. Laporta es un tío muy listo y pensó que si le 'pillaban' reunido con Mino Raiola, uno de sus íntimos amigos, los aficionados del FC Barcelona relacionarían esa reunión inmediatamente como un indicio de que quieren fichar a Haaland. ¿Le quieren fichar? Seguramente, pero no creo que los culés estén capacitados para fichar a uno de los mejores delanteros del momento cuando ni tan siquiera son capaces de cerrar el fichaje de Adeyemi. El delantero alemán habría preferido fichar por el Borussia Dortmund.

El Real Madrid, la otra cara de la moneda

En una situación totalmente opuesta está el Real Madrid. El club blanco puede permitirse caer a las primeras de cambio en la Champions League y no ganar la Liga y tanto Mbappé como Haaland o Rüdiger seguirían sintiendo admiración por el equipo. ¿Por qué? La grandeza no depende de una, dos o tres temporadas malas, se crea a lo largo de los años. A este aura especial del Real Madrid se une la buena situación económica del club y la 'megaconstrucción' del mejor estadio del mundo. El Santiago Bernabéu 2.0 será un reclamo para los más grandes del viejo continente.

En definitiva, el FC Barcelona intenta camuflar su mala situación dentro y fuera del césped con sombras un tanto repetitivas y que ilusionan solo a unos pocos. El Real Madrid, mientras tanto, ilusiona tanto dentro como fuera del verde. Solo quedan unos meses para que el mago y sus ayudantes desembarquen en el nuevo teatro de los sueños.

autor

Alejandro Alonso

Redactor de Bernabéu Digital y periodista por la UCM. Web, radio o televisión, lo importante es contar lo que pasa.

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