El fútbol que viene, más extraño y deseado que nunca

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Pocas veces se mantiene la sensación de ilusión y desilusión por el mismo concepto. Pero el fútbol muchas veces trae lo que pocas veces se espera. En el próximo mes, el fútbol volverá, causando emoción y decepción a partes iguales a todos aquellos que lo llevamos en las venas.

Será el fútbol más deseado de los últimos tiempos. A todos los amantes de este deporte nos gustaría volver a ver a nuestro equipo vestir de corto y dejarse la piel en el campo por los tres puntos. Nos trae viejos recuerdos, de hace apenas tres meses pero con la sensación de que hubieran pasado años, y es que nunca el fútbol se esperó tanto. La competición liguera en España se cortó con todo por resolver, con el liderato en un punto de diferencia y la pelea por Europa y el descenso al rojo vivo y eso nos dejó boquiabiertos y sorprendidos, pues la Liga más igualada de los últimos tiempos había sido devorada por el virus. Ahora volverá y congregará a millones de aficionados al frente del televisor, desde donde animarán a su equipo de manera descafeinada.

Porque ahí llega la parte mala, la vuelta del fútbol descafeinado. Un fútbol que se vive con miedo al contacto, sin abrazos, sin emociones y sin ambiente. Una Champions donde los equipos no serán arrastrados por su afición en unos estadios donde predominará más el gel desinfectante que los abrazos al marcar un gol. Alemania mostró al mundo el inevitable futuro, donde muchos más aficionados de lo normal siguieron partidos que en otras condiciones jamás hubieran visto, y cantaron goles de partidos que en otros tiempos  ni se habrían percatado del resultado. Viviremos así un fútbol de placebo, descafeinado pero esperado, y a sabiendas de que nadie nos quitará los momentos de gloria frente al televisor, con la familia, esos que automáticamente hacen a la mente volar a su añorada infancia.