El Madrid proclama la independencia liguera del Barça

23.12.2017 21:04 de  Diego Fuentes  Twitter:    ver lecturas
Fuente: Diego Fuentes Rodríguez
El Madrid proclama la independencia liguera del Barça
Bernabeudigital.com
© foto de J.M.Colomo

Un sol radiante abría una invernal mañana en Madrid. Era el preludio de uno de los acontecimientos con más expectación del planeta con el Santiago Bernabéu como escenario de lujo para acoger el broche de oro al año 2017.

El Madrid recibía al Barça con la losa de un -11 sobre sus hombros. Había poco que ganar y mucho que perder para el reciente campeón del mundo, que exhibió de la mano de Sergio Ramos el Mundial de Clubes conquistado en los Emiratos hace tan solo siete días, ante una grada que se deshizo en aplausos hacia su capitán. Pelos de punta, una tarjeta de presentación idónea para calmar los humos blaugranas. Para hacer el 1-0 antes del pitido inicial.

"¿El Clásico? O Barça o Madrid pasaremos tristes la Navidad", decía Rakitić apenas nueve días antes del choque, y no le faltaba razón. Zidane modificó el esquema condicionado por el caché del huésped que se alojaba hoy en el verde madrileño y trazó un 4-4-2 sacrificando a Isco y disponiendo de Kovačić en el centro para emular su estrategia de Cobrador del Frac ante Messi, como ya hiciera en la Supercopa de España el pasado mes de agosto. Entretanto, su homólogo Valverde dio entrada a un Paulinho que venía completando actuaciones plausibles, junto con los Busquets, Iniesta y Rakitić, por detrás de Suárez y Messi.

Todo hacía pensar que el Madrid cedería el protagonismo, guión habitual en los últimos años, pero en el primer acto fue el Barça el que dejó pensar al Madrid, custodiado por el confortable muro en forma de ventaja que le distancia del resto de aspirantes en la pugna por el título. El Madrid se vio obligado a anticipar su regalo navideño al aficionado madridista y se adueñó de la manija del partido durante los tres primeros cuartos de hora. A Cristiano le apareció un boquete entre las piernas cuando ya se relamía para fusilar a Ter Stegen y a Benzema le faltaron dos dedos de cabello para que su cabezazo al palo se hubiese convertido en la causa que tornase los pitos del respetable por aplausos a su figura. Empero, el Barça avisó con una gran combinación que Paulinho finiquitó para que Keylor demostrase por enésima vez que el problema blanco no está bajo los palos. Paradón del tico que quedará grabado en la retina de Florentino.

El Madrid dominó hasta que el Barça dijo basta. En la segunda parte, los azulgranas llevaron la iniciativa ante un Madrid que empezó a perseguir sombras acusando el derroche inicial. Kovačić y Carvajal se volatilizaron cuando Suárez remachó un contragolpe culé con grandes dosis de calidad. 0-1 y en el Bernabéu las muecas empezaron a torcerse. Sin tiempo para asimilar el gancho que recibieron los de ZidaneCarvajal se pasó al voleibol tras un barullo sin fin en el área madridista. Penalti y expulsión, lo que se tradujo en el 0-2 de un Messi que volvía a ser la pesadilla más cruel y amarga de un aficionado incrédulo y desolado con lo que veían sus ojos.

Antes, Ramos había soltado un punible manotazo sobre el rostro de Suárez. La desesperación se iba gestando con una tensión proliferante, aún lejos de la exhibida en los Clásicos de Guardiola y Mourinho. Con 0-2 y ante diez, el partido se acabó y el Barça apostó por el fútbol-control. Zidane retiró a un Benzema que se despidió con una sonora pitada para reestructurar la zaga con la entrada de Nacho. Los planes se fueron al garete. Arrollado por el marcador y el crono, el técnico francés dio paso simultáneo a Bale y Asensio para deshacer el errático plan inicial, pero ya era tarde. Aún así, pudo haber salvado el honor el Madrid en unas cuantas acciones en el tramo final si Gareth Bale hubiese atinado en su disparo de diestra desde el centro del área que tapó Ter Stegen. También los blancos reclamaron con ímpetu dos posibles penas máximas por manos de Sergi Roberto y Rakitić en el postrero arreón, pero Sánchez Martínez se desentendió. 

El Barça seguía tocando invitado por la inferioridad oponente y en el descuento Aleix Vidal cerró con suspense otro Clásico para la historia. 0-3 con Zidane equivocado, obligado a dar paso a la reflexión y la autocrítica a cargo de un Madrid en el que el turrón se atorará en la garganta de más de uno tras haber proclamado la independencia liguera de un Barça que ya se va a 9 puntos de su inmediato perseguidor.