Frena y respira, Cristiano: después de la tormenta llega la calma

Fue un desbarate. Acción tras acción fue en aumento su desesperación. Impreciso, nervioso, desacertado. La lista de calificativos no dejan escapatoria a Cristiano Ronaldo. No tuvo su mejor noche con los blancos y lo peor de todos, viene siendo algo habitual en los partidos de Liga. En el Coliseum su ansía por el gol no le fue traicionera. Aguantó y aprovechó su momento. Pero la constante es lo más preocupante.

Lo de anoche no cabe en los dedos de los manos. Balón al cielo, brazos cruzados y ceño fruncido. Así nunca le puede ir bien a Crisitano. El Madrid está hivernando. Lejos queda su clímax siempre cercano a los meses de abril y mayo. Lo mismo ocurre con Cristiano. La temporada solamente acaba de empezar. En Dortmund quizás el escenario más grande hasta la fecha, apareció el portugués. No muy lejos, Wembley espera. 

Mientras tanto, Cristiano tiene que cambiar. El Madrid, repito, lejos de su mejor versión. Sobrevive con los fogonazos de Isco, Ceballos y cía. El portugués merondea el área, pero el balón parece hacerle feos, nunca se encuentran. Ya llegará, pero por el momento toca mejorar el lenguaje corporal. Hoy en Londres uno recoge sus frutos. La bestia que el mundo balompédico presenció en los últimos meses de competición el curso pasado, hoy recoge con total merecimiento su galardón. El 'The Best' sin discusión. 

Liga, Copa, Champions, Mundialito y Mundial. Son los próximos cinco retos de Cristiano. La cima al colofón. El lustro perfecto. Todo o casi todo puede llegar, pero primero tiene que entender la situación, entender al equipo y comprender que más pronto que tarde el gol llegará. 'The Best' no tiene que demostrar nada. Las grandes noches no le olvidan y todavía le aguardan un postre mejor.