Algo se me escapa

El Real Madrid volvió a sonreír anoche en Vitoria, una goleada que no es terapia de choque para dos eliminaciones consecutivas que comprometen muy seriamente la consecución de algún título. En pleno mes de enero, los blancos se han visto embutidos en una crisis de resultados que, salvo catástrofe atlética en LaLiga y funambulismo perfecto en Champions, dejará del mismo color que la indumentaria en lo que a la consecución de títulos se refiere. Por eso, desde las oficinas ya hablan de que se ejecutará una profusa revolución de la plantilla en verano, toda vez que muchos jugadores dan síntomas claros de conjugarse en pasado cuando se enfundan la casaca madridista.

Sin embargo, el último verano el Madrid no fichó y tan solo arribó Odegaard con un cartel rompedor. Ahora el noruego, al que Zidane pidió expresamente, va a seguir dando tumbos en forma de cesiones, saliendo por la puerta de atrás solo unos meses después de verse por fin como un jugador cocinado para las alturas en las que se mueve el Real. Otro incomprensible palo de ciego del francés que recibe la indulgencia del club. Al margen del sainete particular del vikingo, desde la Casa Blanca se arguyó que la crisis económica impedía grandes dispendios de cara a esta temporada, y creyeron apañarse sin retoques y colocando cedidos muy prometedores. En el presente se habla del plan contrario para el ecuador de 2021, pero el guion extraña por la película que nos han contado. ¿Qué hace pensar que por entonces, y todavía sin público en las gradas, la viabilidad económica de la entidad sí permitirá hacer los deberes que no se hicieron el verano pasado? De hecho, futbolistas por los que se espera recaudar un buen pellizco están todavía más devaluados por su escaso impacto esta temporada. Parece que se ha subestimado una campaña que se ha tomado como transición...y hay algo que se nos escapa.